15 cosas que quizá no sabes sobre Paul Ryan, el ‘speaker’ republicano que ya no hará campaña por Trump

La irrupción de Donald Trump convirtió a Paul Ryan en el guardián de los intereses del partido republicano y en el hombre llamado a reconducirlo a la ortodoxia ideológica del movimiento conservador. Su ruptura este lunes con el candidato subraya ese liderazgo y a la vez debilita la posición del speaker, que necesita a los congresistas más díscolos para ser reelegido en enero de 2017.  Ryan entró en el Capitolio en 1999 y sus vecinos de Janesville (Wisconsin) lo han reelegido en siete ocasiones con una mayoría holgada. A priori no parece un distrito cómodo para uno de los ídolos de la derecha republicana: Janesville es una ciudad industrial que votó por Barack Obama en 2008 y en 2012 y cuya tasa de paro rozó el 14% durante la crisis. Ryan había dado un paso atrás después de su derrota como aspirante a vicepresidente en las presidenciales de 2012. Al principio no quería intervenir en la crisis de los republicanos del Capitolio. Pero sus compañeros pensaron que era la única persona capaz de unir al partido y le empujaron a presentar su candidatura a ‘speaker’ de la Cámara de Representantes. ¿Quién es Paul Ryan? A continuación cuento 15 detalles poco conocidos de su biografía que son el fruto de mis conversaciones con amigos, profesores y familiares del hombre que se perfila como el próximo ‘speaker’ republicano. 1. Se encontró el cadáver de su padre. La vida de Paul Ryan cambió para siempre el 13 de agosto de 1986. Aquel día sonó el teléfono en su casa de Janesville y al descolgar escuchó la voz azorada de la secretaria de su padre. En el bufete le esperaban...

Por qué los americanos aman pero no votan a Biden

Desde la fundación de Estados Unidos, 14 vicepresidentes se han convertido en presidentes. En ocho ocasiones ha sido por la muerte del presidente; en una, por su dimisión. Lo han conseguido cinco gracias a unas elecciones: John Adams, Thomas Jefferson, Martin Van Buren, Richard Nixon y George H. W. Bush. Pese a los fracasos de Al Gore, Walter Mondale o Dan Quayle, la tasa de éxito de los vicepresidentes es superior a la de los gobernadores o los congresistas que intentan llegar a la Casa Blanca. La Constitución apenas le da al vicepresidente funciones más allá de suceder al presidente en caso de defunción o dimisión y votar en caso de empate en el Senado. La tradición de hacer algo más la empezó Richard Nixon, que le dio significado al cargo y se atrevió a ir más lejos que el presidente Eisenhower en los años 50, por ejemplo en la defensa de los derechos civiles. El papel del vicepresidente se ha consolidado desde entonces hasta el más poderoso de la historia, Dick Cheney, que dice ahora que le “encantaría” ver a Joe Biden presentarse a número uno. Biden tiene buena imagen entre el electorado general: un 49% de las personas entrevistadas por Gallup dicen tener una opinión favorable del actual vicepresidente en comparación con el 37% que mantienen una desfavorable. Es su mejor resultado en años, aunque no su mejor marca en absoluto. El máximo de su popularidad lo alcanzó tras las elecciones de 2008, recién elegido y ensalzado por la estela de Barack Obama. El presidente Obama ha repetido que una de sus mejores decisiones ha sido elegir...

De Hillary a Hillary: así ha mejorado desde el primer debate de 2007

Hillary Clinton es tal vez la política con más experiencia en la carrera para llegar a la Casa Blanca. Desde hace más de dos décadas ha vivido con intensidad el rito de los debates, las primarias y la presión extraordinaria del proceso. Ahora se esfuerza para que su campaña presidencial no acabe como la primera. Anoche en Las Vegas pareció haber aprendido de algunos errores del pasado. Basta comparar el debate de este martes con el primero entre los demócratas hace ocho años. Aquel primer encuentro se celebró en la Universidad Estatal de Carolina del Sur el 26 de abril de 2007 en lo que fue el comienzo de la campaña más larga y tal vez más bronca para elegir candidato en la historia de los demócratas. La primera cita de 2015 ha llegado con un calendario más habitual y tardío y es el preludio de una carrera que se antoja mucho más corta. Clinton también ha cambiado, y mejorado, en algunos aspectos. 1. Una candidata más amable Al contestar la primera pregunta en el debate de 2007 sobre la animadversión que despertaba en parte del electorado, Clinton bajó la mirada y se puso muy seria. Durante todo el debate, replicaba rápido, pero con cierta aspereza, mirando de lado, algo incómoda por tener que estar respondiendo preguntas. En aquella campaña, la perjudicó la imagen de que parecía sentir que “tenía derecho” al puesto de presidenta. Este martes, la candidata sonrió desde el principio, miró a menudo a la cámara y aunque no había perdido la seguridad que la caracteriza su firmeza no parecía a la defensiva. Se presentó como...

Cinco razones por las que es muy difícil que a Hillary Clinton se le escape el triunfo en las primarias demócratas

Los demócratas celebran este martes en Las Vegas su primer debate electoral. La cita la organizan Facebook y CNN y situará por primera vez sobre el escenario a Hillary Clinton y a otros cuatro aspirantes con opciones muy desiguales: el senador socialista Bernie Sanders, los ex gobernadores moderados Lincoln Chafee y Martin O’Malley y el ex senador por Virginia Jim Webb. No estará en cambio el profesor universitario Lawrence Lessig, que ha recaudado más de un millón de dólares con el compromiso de asumir el cargo durante unos meses y dimitir al día siguiente de reformar el sistema de financiación electoral. Hace unos días Lessig decía que su campaña tenía más energía que las de Chafee y O’Malley y se quejaba de que le habían excluido por no aparecer en unos sondeos en los que ni siquiera se preguntaba por él. La ausencia de Lessig deja el drama en manos de Bernie Sanders, el senador izquierdista que se ha destapado como la alternativa inesperada a Hillary Clinton. Sanders tiene 74 años, se define como socialista y defiende políticas similares a las que se han aplicado durante décadas en los países nórdicos. A priori no parece el perfil idóneo para lanzarse a la carrera por la Casa Blanca. Pero algunos factores han jugado a favor de Sanders, que ha sabido capturar la desconfianza que suscita el matrimonio Clinton entre los demócratas más progresistas y recoger el testigo de líderes como Elizabeth Warren y movimientos populistas como Occupy Wall Street. No son los únicos motivos del inesperado auge de Sanders. La derrota en las elecciones de mitad de mandato de 2014 ha...

Así afrontan los republicanos el caos tras la dimisión de Boehner

La historia de la semana La llamada Values Voters Summit se celebra en Washington desde 2006, cuando un grupo de republicanos se rebelaron contra la conferencia tradicional de los más conservadores del partido, CPAC. El encuentro anual de los más tradicionales no era suficiente porque sus organizadores se negaban a debatir teorías descabelladas sobre el lugar de nacimiento del presidente Barack Obama y admitían la presencia de GOProud, una organización de gays y lesbianas conservadores que ya no existe. Este viernes fue el escenario de la mejor representación de la presión que tienen los candidatos presidenciales para ir más lejos que los más conservadores. Sin alterar su tono calmado y sin hacer ningún gesto de alegría, el senador Marco Rubio anunció que John Boehner, el speaker de la Cámara de Representantes, acababa de dimitir. El público ante él se puso en pie, aplaudió, gritó, agitó lo que podía al aire. Rubio siguió impasible como si no acabara de presenciar una insólita escena ante la marcha del congresista de Ohio desde hace 24 años que siempre ha mantenido las posiciones más conservadoras sobre armas, aborto o impuestos. “Ha llegado el momento de pasar página y dar paso a una nueva generación de líderes”, dijo el senador, cauto con sus palabras. Después de Rubio, las reacciones de otros presidenciables fueron todavía más claramente a la contra. “Tenéis que saber cuánto aterrorizáis a Washington… ¿Podéis venir más a menudo?”, animaba Ted Cruz al auditorio. “Ya era hora”, decía Donald Trump, que en su primera declaración parecía algo perdido sobre quién era Boehner y qué significaba su dimisión. Jeb Bush fue uno de...

Por qué a los republicanos les conviene acercarse al papa Francisco

La historia de la semana Los republicanos Jeb Bush, Marco Rubio, Chris Christie, Rick Santorum, Bobby Jindal y George Pataki son católicos. Nunca había habido tantos católicos en una carrera republicana a la Casa Blanca. Entre los demócratas presidenciables, en cambio, de momento sólo hay uno de esta religión, el ex gobernador de Maryland Martin O’Malley. Al menos mientras el vicepresidente Joe Biden no sea candidato. El número de católicos entre los aspirantes republicanos es alto para un país donde sólo el 20% de personas se identifican como católicas. Hasta ahora el partido republicano nunca ha elegido un católico para liderar su ticket a la Presidencia. Pero el inusual número de contendientes católicos también refleja un cambio de identificación política en los últimos años entre los fieles de esta religión. Según la última encuesta sobre el tema del Pew Research Center, el 53% de los católicos son o tienden a ser republicanos frente al 39% de demócratas. La excepción son los hispanos católicos, que siguen siendo muy demócratas (67% contra 26%). Ahora bien, ¿son papistas los candidatos republicanos? Los datos de la Sunlight Foundation, una organización dedicada a la transparencia, recogidos por la National Review indican que es tres veces más probable que los congresistas demócratas citen al papa Francisco que los republicanos. Entre las cien menciones del pontífice que han quedado registradas sólo 23 son de republicanos. En la Cámara de Representantes, el congresista católico de Arizona Paul Gosar incluso ha explicado en un artículo que va a boicotear el discurso del Papa en el Congreso de este jueves por la defensa de Francisco de la lucha contra el cambio climático....