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GUÍA PARA COMPRENDER LA POLÍTICA EN AMÉRICA

María Ramírez

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Eduardo Suárez

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Eduardo Suárez

15 cosas que quizá no sabes sobre Paul Ryan, el ‘speaker’ republicano que ya no hará campaña por Trump

Octubre 26, 2015

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Eduardo Suárez

Paul Ryan

La irrupción de Donald Trump convirtió a Paul Ryan en el guardián de los intereses del partido republicano y en el hombre llamado a reconducirlo a la ortodoxia ideológica del movimiento conservador. Su ruptura este lunes con el candidato subraya ese liderazgo y a la vez debilita la posición del speaker, que necesita a los congresistas más díscolos para ser reelegido en enero de 2017. 

Ryan entró en el Capitolio en 1999 y sus vecinos de Janesville (Wisconsin) lo han reelegido en siete ocasiones con una mayoría holgada. A priori no parece un distrito cómodo para uno de los ídolos de la derecha republicana: Janesville es una ciudad industrial que votó por Barack Obama en 2008 y en 2012 y cuya tasa de paro rozó el 14% durante la crisis.

Ryan había dado un paso atrás después de su derrota como aspirante a vicepresidente en las presidenciales de 2012. Al principio no quería intervenir en la crisis de los republicanos del Capitolio. Pero sus compañeros pensaron que era la única persona capaz de unir al partido y le empujaron a presentar su candidatura a ‘speaker’ de la Cámara de Representantes.

¿Quién es Paul Ryan? A continuación cuento 15 detalles poco conocidos de su biografía que son el fruto de mis conversaciones con amigos, profesores y familiares del hombre que se perfila como el próximo ‘speaker’ republicano.

1. Se encontró el cadáver de su padre.

La vida de Paul Ryan cambió para siempre el 13 de agosto de 1986. Aquel día sonó el teléfono en su casa de Janesville y al descolgar escuchó la voz azorada de la secretaria de su padre. En el bufete le esperaban unos clientes y a media mañana seguía sin aparecer. Ryan abrió la puerta del dormitorio y se encontró su cadáver entre las sábanas. Era demasiado tarde para reaccionar.

La jornada fatídica sorprendió a su madre en la carretera y al joven Ryan (que entonces estaba a punto de cumplir 16 años) le tocó hacer las primeras llamadas para gestionar el funeral. «Los dos recordamos cada minuto de aquel día», explica su hermano Tobin, que aún reside en la misma localidad del sur de Wisconsin donde su tatarabuelo James llegó huyendo de la hambruna irlandesa y donde vive también Paul.

2. Condujo el camión salchicha.

El dinero nunca faltó pero tampoco sobró en casa de los Ryan. Paul aprovechó los ahorros de su padre para graduarse y aceptó algún empleo ocasional. Llegó a trabajar como entrenador personal en un gimnasio y a coger el volante del camión salchicha de Oscar Mayer. También sirvió hamburguesas en un McDonald’s. Aunque su jefe no percibió en él las «habilidades sociales» necesarias para trabajar en la caja y lo puso en la cocina.

3. Fue Clark Gable.

Sus compañeros eligieron a Ryan delegado del instituto anunciando su carrera política y otorgándole el honor de presidir el baile de graduación. Al evento llegó acompañado por la hija de un masajista y ataviado con el atuendo sureño de Clark Gable en Lo que el viento se llevó.

4. Lo eligieron el más lameculos.

El anuario de 1988 atestigua que se graduó entre los primeros de la clase y que sus compañeros le votaron como «el más lameculos» de su promoción. Un detalle llamativo frente a la popularidad que tiene de adulto entre sus vecinos, que lo perciben como un joven sincero y trabajador.

5. Cuidó de su abuela con Alzheimer.

En Janesville todos tienen palabras amables para su congresista, que se quedó huérfano con 16 años y aprendió a madurar a la velocidad de la luz. Sus hermanos ya no vivían en casa y su madre optó por volver a estudiar. Ryan madrugaba para cepillarle el pelo a su abuela enferma de Alzheimer y llevaba una vida muy intensa. Jugaba al fútbol, pertenecía al equipo de esquí de la escuela y era miembro del club de latín. «Supongo que crecí realmente deprisa y decidí que no merecía la pena regodearse en la auto-compasión», decía el congresista hace unos años, «me concentré en mis notas y en mejorar en los deportes para que mi padre estuviera orgulloso de mí».

6. Vio ‘Tiburón’ en el cine de la esquina.

Uno de los mejores amigos de Ryan es Tony Huml, que de joven soñaba con triunfar con su banda de rock. «Paul había vuelto a Janesville para trabajar en la constructora y un día vino a verme tocar», explica sonriente sobre la decisión de Ryan de entrar en política. «Al final del concierto me preguntó qué tal la música y le dije que ahí estaba intentándolo. Entonces me dijo que estaba pensando en presentarse a las elecciones y me quedé de piedra. Los dos perseguíamos sueños salvajes pero sólo el suyo se hizo realidad».

Paul y Tony son amigos desde los seis años. Juntos vieron Tiburón en el cine de la esquina y jugaron al baloncesto en partidos cuyos detalles todavía discuten hoy. «Con 12 años interpretamos El doctor Jekyll y Mr. Hyde y él hizo el papel de detective», recuerda. «Entonces Paul era muy buen actor. Pero mi impresión hoy es que no tiene trampa ni cartón. Es lo que ves y tiene las ideas muy claras».

7. Hizo un anuncio en un cementerio.

La primera campaña no fue fácil para Ryan, que compitió sin apenas recursos y en un distrito que no era precisamente un feudo conservador. Su gran baza era su apellido, que lo vinculaba con una familia cuyo escudo todavía cuelga en el pub irlandés de la localidad. «Aquí siempre hemos comparado a los Ryan con los Kennedy», decía al conocer su candidatura una vecina recordando la condición de católico de Paul, su atractivo físico y su origen irlandés.

El joven Ryan llegó a rodar un anuncio de campaña caminando entre las tumbas de sus ancestros en el cementerio de Janesville. «Yo tenía mis dudas pero fue un éxito enorme e hizo llorar a muchas votantes», explica el estratega republicano Brian Christianson.

8. Caza ciervos con arco.

Al candidato le encanta salir a pescar bagres y a cazar ciervos y presume de desollarlos y hacer salchichas con sus despojos. A veces caza con rifle y otras con arco. Una opción muy popular entre los cazadores de Janesville y que requiere cierta sangre fría. «Al ver a un ciervo siempre siento la misma emoción», contaba el congresista recientemente. «Antes de disparar la flecha me tiembla instintivamente la pierna izquierda y el corazón me late mucho más fuerte. Es lo mismo que me ocurrió cuando pronuncié mi primer discurso en el Congreso. La pierna izquierda empezó a temblar como si estuviera fuera de control. Pero después de aquel primer discurso dejó de temblar y ahora puedo decir que soporto la presión».

9. Fue congresista con 28 años.

El aspirante republicano a la vicepresidencia fue elegido congresista con apenas 28 años en noviembre de 1998. Pero ni siquiera entonces era un desconocido en Washington, donde había llegado seis años antes para ejercer como becario del senador Bob Kasten. La solicitud requería una carta de recomendación y se la escribió el economista libertario Rich Hart, que le dio clases de macroeconomía y que todavía hoy lo recuerda como uno de sus mejores alumnos de la universidad. «Su curiosidad era insaciable», explica desde su despacho Hart, que presume de haber introducido al aspirante republicano en las obras de Ayn Rand, Milton Friedman y John Locke. «Pasamos muchas horas juntos», recuerda, «era un alumno excelente y una persona muy cerebral».

10. Se escandalizó al llegar al Capitolio.

A Ryan le decepcionó su desembarco en el Capitolio en los años crepusculares de la Administración Clinton. «En cuanto llegas te bombardean con presión para que violes tu conciencia», recuerda en su libro Young Guns. Sus colegas estaban más preocupados por mantener el puesto utilizando el presupuesto para proyectos locales a su antojo que por lo que Ryan llama «el corazón» y «los principios» del partido.

11. No come dulces.

El reloj siempre ha inquietado al congresista por la muerte prematura de su padre, de su abuelo y de su bisabuelo. Cada mañana se castiga en el gimnasio y cuida mucho lo que come. Apenas prueba el dulce y su magdalena proustiana es una lata de la cerveza Miller de Wisconsin, que descorcha por las noches en su despacho antes de responder por teléfono las preguntas de los ciudadanos de su circunscripción.

12. Fue un héroe del Tea Party.

El momento de gloria de Paul Ryan llegó justo antes de las elecciones legislativas de 2010. La paciencia le había hecho ascender hasta la presidencia de la comisión presupuestaria de la Cámara de Representantes y sus propuestas empezaban a encontrar eco en un partido cada vez más escorado por la influencia del Tea Party y la furia contra los rescates bancarios y la reforma sanitaria del presidente.

El congresista logró que la Cámara aprobara su propuesta presupuestaria en abril de 2011. El Senado demócrata la rechazó y la Casa Blanca lo colocó en el punto de mira. Pero aquella escaramuza transformó a Ryan en una especie de líder ideológico de los republicanos y le descubrió que había dejado de nadar contracorriente en un entorno marcado por la polarización.

13. No quiere que EEUU sea Europa.

La obsesión del congresista es evitar que Estados Unidos se europeíce. En sus escritos presenta a los demócratas como políticos que quieren transformar este país en un Estado del Bienestar europeo «de la cuna a la tumba» y se queja de que en Europa la dependencia de los subsidios ha convertido a la sociedad en «mediocre» y «complaciente».

«Los individuos se vuelven más tímidos, más preocupados por su seguridad que por su libertad, más preocupados por recibir sus subvenciones del Gobierno que por progresar y sacarle el máximo partido a la vida. El resultado es que estos países tienen muchos impuestos y desempleo persistente», escribe el congresista, que a menudo utiliza las imágenes de los disturbios en Grecia en sus presentaciones de Power Point.

14. Su esposa habla español.

Entre semana el candidato duerme en su despacho o en casa de sus cuñados. Pero los viernes vuelve a su vecindario acomodado de Courthouse Hill, donde sus tres hijos están matriculados en la escuela parroquial de St. John Vianney, donde a menudo los recoge su esposa Janna, que nació en una familia demócrata de Oklahoma y habla algo de español porque pasó unos meses en la ciudad española de Córdoba durante la carrera.

«Los Ryan son una familia encantadora», cuenta su vecina Marcia, que refrenda su opinión con un detalle personal: «Mi marido murió hace unos años y la mujer de Paul se quedó conmigo toda la noche en mi salón. El fin de semana siguiente alguien llamó a la puerta y era él. Estaba allí porque sabía que mi marido solía llevar a mi hijo de caza y esta vez quería llevárselo él. Entonces no nos conocíamos tanto pero es un detalle que nunca olvidaré».

15. Cree que la vida es corta.

Su profesor Rich Hart se acercó al aeropuerto a recoger a su alumno Paul Ryan hace unos años, cuando el congresista volvió para pronunciar el discurso de graduación de su universidad. «Estuvimos charlando durante cuatro horas y las cuatro me las pasé intentando convencerle de que anunciara su candidatura a la Casa Blanca», recuerda. «Me dijo que tenía tres hijos muy pequeños y que no estaba dispuesto a desaparecer de su vida durante cuatro años».

El tiempo es oro para Ryan, que se ha resistido a aceptar ser ‘speaker’ hasta el último momento y que siente la urgencia genética que le plantea el infarto de su padre. «La vida es corta», suele decir, «es mejor aprovecharla mientras uno la tiene».

    Eduardo Suárez

    Eduardo Suárez (León, 1979) ha ejercido como corresponsal del diario ‘El Mundo’ en Londres, Bruselas y Nueva York y es creador junto a María Ramírez de la web de innovación periodística #nohacefaltapapel. Licenciado en Periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca, ha cubierto diversos procesos electorales y ha entrevistado a líderes como Marco Rubio, Tony Blair o Gordon Brown. En 2011 asumió la corresponsalía del diario en Estados Unidos, donde cubrió las elecciones presidenciales de 2012 y el atentado contra el maratón de Boston y donde escribió decenas de historias sobre ciencia, cultura e innovación. Ha ejercido como comentarista en programas de canales como CNN, Univision, BBC, NY1 Noticias o Sky News. Es autor de los libros ‘La carrera’ (2012), ‘El rastro del Exxon Valdez’ (2014) y ‘Marco Rubio y la hora de los hispanos’ (2016). Ganó el Premio Internacional García Márquez al mejor texto de 2014 con un reportaje en Alaska sobre el Exxon Valdez. @eduardosuarez

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