Articulos, Elecciones de 2016
Mónica Reyes acompañó hace unos días a su amigo Chris Enriquez a informar de puerta en puerta sobre los caucus en los barrios más hispanos de Des Moines. Los dos son jóvenes, hablan español y tienen una actitud amable. Pero Mónica se dio cuenta de la desconfianza de los vecinos.”Uno no más abrió la puerta un poquitico para hablar. Cuando informamos de lo que estábamos haciendo abrió la puerta un poco más. Pero no quería abrirla del todo. Lo entiendo”. Desde principios de enero ha habido varias redadas en busca de inmigrantes indocumentados en sitios como Des Moines, Marshalltown, Storm Lake y Waterloo, la ciudad de unos 68.000 habitantes a dos horas de Des Moines donde vive Mónica. En su barrio también corren las historias sobre agentes que aprovechan la presencia de operarios del cable o de los voluntarios de los caucus. En la zona de casas prefabricadas de Waterloo, algunos vecinos han dejado de llevar a sus hijos al colegio por miedo a las redadas. “Hay mucha confusión. Se teme que los agentes de inmigración vayan a ir disfrazados de otra cosa, por ejemplo tocando la puerta como si fueran a registrar votantes”, explica Mónica. Su hermano es ciudadano y ahora que puede votar le llega mucha información electoral a casa igual que los visitantes de las campañas. Pero Mónica y su hermana no tienen papeles. Ella se dedica a fomentar la participación de sus vecinos en la vida pública, pero aconsejó prudencia a su madre. “Después de las redadas, le dije, ‘no creo que sea buena idea seguir abriendo la puerta'”. Con su hermana, Mónica ha fundado...