Articulos, Destino 2016, Elecciones de 2016
Mike Pence salió al escenario sólo unos minutos después de que Ted Cruz hubiera sido jaleado por los suyos y abucheado por los seguidores de Donald Trump por no apoyar formalmente al candidato. En los pasillos de la convención aún se cruzaban acusaciones delegados de los dos bandos cuando al gobernador de Indiana le tocó aparecer. Lo presentó Paul Ryan, el speaker de la Cámara de Representantes y el republicano que ha intentado adoptar el papel paternal de unificador en Cleveland. “Soy cristiano, conservador y republicano. Por ese orden”, dijo Pence para darse a conocer. Ésas son las características con las que espera conquistar a parte de los enfadados seguidores de Cruz. Presentó a su madre, católica de origen irlandés y que estaba en la convención, y alabó a su esposa, que colaboró en su conversión del catolicismo al cristianismo evangélico. La parte personal de su relato fue acogida con entusiasmo por los delegados. También intentó humanizar a Trump, uno de los objetivos de la convención, alabando a sus hijos. “No puedes fingir buenos niños”, dijo Pence. El candidato a vicepresidente tiene un perfil ideológico y político tradicional. Era presentador de un programa de radio conservador en Indiana y se llamaba a sí mismo “Rush Limbaugh con descafeinado”. Pero no es conocido por sus declaraciones excesivas y tampoco es un outsider de Washington. Estuvo 12 años en la Cámara de Representantes. Sus votaciones indican que es el candidato a vicepresidente más conservador en décadas. Desde 2012, es gobernador de Indiana, donde sustituyó a Mitch Daniels, un republicano moderado cuya obsesión era mejorar la economía y que sonó como...
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Hace cuatro años en Tampa Marco Rubio habló la noche más importante de la convención, poco antes del candidato Mitt Romney. El senador de Florida que aspiró este año a ser presidente era entonces la estrella del partido, “el salvador”. Este miércoles, su papel en la convención se redujo a menos de cerca de un minuto en un vídeo pregrabado. El ex rival de Donald Trump en las primarias ni siquiera quiso estar en Cleveland. Su mensaje se centró en criticar a Hillary Clinton y en decir que era peor que Donald Trump. No apoyó explícitamente al candidato, pero sí que había que unirse. “El momento de luchar unos contra otros ha pasado. Es el momento de unirnos y luchar por una nueva dirección”, dijo Rubio unos segundos antes de que apareciera Ted Cruz, que sí aceptó dar un discurso. Rubio estaba viendo la convención desde un museo en Valparaíso, en Florida, con otros republicanos de su campaña de reelección al Senado. Watching convention in Valparaiso, FL. Tune in at 9:40 tonight to watch my video. pic.twitter.com/vYVqIdLilW — Marco Rubio (@marcorubio) July 20, 2016 En un mundo paralelo El martes, justo después de que Trump consiguiera superar el umbral de los 1.273 delegados para ser el candidato republicano gracias a los votos de Nueva York, Puerto Rico otorgó sus 23 a Rubio. Fue un momento irónico, un recuerdo del mundo paralelo que se habría vivido en una convención diferente si hubiera ganado el senador de Florida. “Fue interesante”, dice el delegado Hector Orta, algo nostálgico. En Cleveland, especialmente entre los jóvenes, se siguen escuchando palabras a favor de...
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Jonathan Hayes tiene 20 años y la de Cleveland es su primera convención. Es el primero de su familia que ha ido a la Universidad. Estudia Políticas y Liderazgo. Su madre nació en México. Él es republicano y lleva chapas a favor de Lincoln, Reagan (“viva Reagan”, pone en una) y los derechos de los gays. Es el miembro más joven de la delegación de Pensilvania. “Soy como un unicornio”, bromea. En sus primeras horas en la convención vio a su lado cómo Ken Cucinelli, delegado de Virginia y un político al que el joven Hayes admira, tiraba al piso de la convención su acreditación, indignado porque el partido no autorizaba una votación sobre las reglas que obligaban a la mayoría de delegados a apoyar a Donald Trump. “Fue un momento muy dramático. Me sorprendió mucho. Me da un poco de tristeza ver al partido así. Estoy orgulloso de ser republicano, pero es muy triste… No quiero abandonar el partido, quiero hacer que refleje el siglo XXI”, cuenta Hayes. El chico recuerda que lleva el nombre de un presidente, Rutherford Hayes, que ganó una de las elecciones más controvertidas en 1876: perdió el voto popular, pero ganó el recuento del colegio electoral. Hayes, como cientos de delegados en la convención, no apoyó a Trump. Su favorito era el senador de Florida Marco Rubio. Todavía no está decidido a votar por Trump. “Me gustaría que me demostrara que estoy equivocado. No quiero votar contra él”, dice el joven. Es difícil que Trump consiga su voto, pero, como otros, el joven republicano se ha resignado a que no se puede hacer...