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Por qué Bloomberg pedirá en Filadelfia el voto para Clinton y cómo puede influir en la convención
Nadie esperaba que Michael Bloomberg fuera uno de los oradores estrella de la convención demócrata de Filadelfia. Su condición de millonario, su defensa de Wall Street y su polémica gestión policial no parecían encajar en el universo demócrata de 2016, moldeado hasta ahora por las propuestas radicales de los seguidores de Bernie Sanders y por algunas de las ideas del movimiento ‘Occupy Wall Street’. Y sin embargo Bloomberg estará aquí este miércoles para pedir el voto para Hillary Clinton, a la que conoce desde hace décadas y a la que nunca le ha unido una relación de amistad. El alcalde trabajó con Clinton durante sus años como senadora y intentó convencerla luego de que presentara su candidatura en la carrera por sucederle como alcalde de Nueva York. Ahora se dirigirá por primera vez a una convención demócrata para pedir el voto para la candidata. A continuación aporto algunos detalles que ayudan a comprender su decisión. 1. ¿Qué había sido de Bloomberg? El millonario dejó la alcaldía de Nueva York al concluir su tercer mandato en diciembre de 2013. Desde entonces ha retomado sus actividades filantrópicas y la gestión del grupo que lleva su nombre pero nunca se ha apartado del todo de la política. Algún periódico llegó a publicar que Bloomberg coqueteaba con la posibilidad de ser alcalde de Londres. Pero los intereses del millonario se encontraban más bien a este lado del Atlántico, donde en 2014 fundó este grupo para apoyar a quienes luchan por endurecer el control de las armas de fuego. Bloomberg se ha comprometido a aportar 50 millones de dólares a la causa. Este artículo...
Las convenciones de Hillary: desde la republicana de 1968 hasta la más difícil
La primera convención a la que asistió Hillary Clinton fue una republicana cuando tenía 20 años. En 1996, se subió por primera vez al escenario de una. Este jueves debuta en Filadelfia en el papel que lleva décadas soñando. Su primera vez fue en 1968, en Miami, cuando aún no podía votar y cuando trabajaba para el perdedor de aquellas primarias republicanas, el gobernador de Nueva York Nelson Rockefeller. Había trabajado aquel verano como becaria de un congresista republicano y la habían invitado a la que para ella era una experiencia muy nueva. “Fue mi primer acercamiento a la política de verdad. La semana me pareció irreal y desconcertante”, cuenta Clinton en su autobiografía Living History. Para ella, era algo más que discurso. Tenía 20 años y era la primera vez que se quedaba en un hotel. Fue en el Fontainebleau de Miami Beach y allí pidió su primer servicio de habitaciones: melocotones y cereales para desayunar. En su primera convención, saludó a Frank Sinatra y bajó en el ascensor con John Wayne, “que se quejó todo el trayecto hacia abajo de la mala comida que había arriba”. También fueron los días que completaron su decepción del partido republicano, al que pertenecía igual que su padre, muy conservador. Clinton se desilusionó al ver el ascenso de Richard Nixon y cómo los suyos trataban a Rockefeller. Dice que el partido cambió entonces. “A veces pienso que no dejé el partido republicano, sino que él me dejó a mí”, escribía Clinton en el libro publicado en 2003. Las groserías de Chicago Ese mismo año vio la convención demócrata en Chicago, su...
¿Ha conseguido Donald Trump sus objetivos en esta convención?
Este lunes, Paul Manafort, el jefe de la campaña de Donald Trump, dijo que la convención en Cleveland tenía cuatro objetivos. Se trataba de mostrar “quién es Donald Trump, la persona, no sólo el candidato”; enseñar los “fallos” de la Administración Obama como un “procesamiento de los años de Obama-Clinton”; retratar “los problemas de personalidad y liderazgo” de Hillary Clinton, y unificar el partido. Este año la convención está más lejos que lo habitual de la fecha de la votación con lo que las posibilidades de que tenga un impacto directo en el resultado son más bajas. Pero este momento de atención suele ser una oportunidad para que los votantes menos interesados en política tengan una primera impresión de qué les está ofreciendo un partido. La convención republicana de este año ha sido, sin duda, una de las más turbulentas en décadas. No es habitual ver cómo la campaña reconoce que la aspirante a primera dama plagió frases de la ocupante del puesto y del partido contrario. Como tampoco lo es que no acudan los principales líderes del partido o el gobernador del estado donde se celebra. Ni que el candidato tenga un 30% de votos en contra en la nominación formal o que su ex rival se niegue a pedir el voto para él y sea abucheado. Pero más allá del ruido, ¿ha conseguido Manafort alguno de sus objetivos? Trump, la persona El jefe de campaña contaba como algo extraordinario el intento de trazar un retrato más íntimo del candidato, pero en realidad ése es una de las razones de ser de las convenciones. Hace cuatro años, la campaña...
Así han cambiado los republicanos desde 2012: un partido menos diverso y obsesionado con la inmigración
Hay una anécdota que describe muy bien hasta qué punto ha cambiado el partido republicano en el último medio siglo. Ocurrió en febrero de 1996 en el pueblo de las montañas de Arizona donde vivía Barry Goldwater, candidato presidencial en 1964, icono de la derecha republicana y senador. Ese día Goldwater recibió a su colega Bob Dole, que quería su apoyo en medio de unas primarias difíciles contra Pat Buchanan. El viejo líder conservador recibió a Dole y lo saludó delante de las cámaras como “el heredero de mi legado conservador y del de Ronald Reagan”. En cierto modo, Buchanan era un candidato similar al millonario neoyorquino por su tono agresivo y por su discurso contra la inmigración, que atrajo a votantes de clase obrera como los que ahora atrae Trump. Dole quería la bendición de Goldwater para sacudirse la etiqueta de tibio y presentarse como un candidato verdaderamente conservador. Al final del acto, a Dole se le escapó una frase muy reveladora: “Barry y yo nos hemos convertido un poco en los progresistas del partido. Es increíble, ¿verdad?”. Bob Dole ganó la candidatura republicana pero perdió luego por nueve puntos en noviembre contra Bill Clinton. A sus 92 años, ha sido el único candidato republicano a la Casa Blanca que ha aceptado estar presente en la convención de Trump. Goldwater y Dole reflejan muy bien la evolución de los republicanos. El primero empujó al partido a la derecha a mediados de los años 60 al oponerse a la creación de Medicare y Medicaid y al final de la segregación racial. El segundo inició su carrera como uno de...