Articulos, Destino 2016, Elecciones de 2016
Este lunes, Paul Manafort, el jefe de la campaña de Donald Trump, dijo que la convención en Cleveland tenía cuatro objetivos. Se trataba de mostrar “quién es Donald Trump, la persona, no sólo el candidato”; enseñar los “fallos” de la Administración Obama como un “procesamiento de los años de Obama-Clinton”; retratar “los problemas de personalidad y liderazgo” de Hillary Clinton, y unificar el partido. Este año la convención está más lejos que lo habitual de la fecha de la votación con lo que las posibilidades de que tenga un impacto directo en el resultado son más bajas. Pero este momento de atención suele ser una oportunidad para que los votantes menos interesados en política tengan una primera impresión de qué les está ofreciendo un partido. La convención republicana de este año ha sido, sin duda, una de las más turbulentas en décadas. No es habitual ver cómo la campaña reconoce que la aspirante a primera dama plagió frases de la ocupante del puesto y del partido contrario. Como tampoco lo es que no acudan los principales líderes del partido o el gobernador del estado donde se celebra. Ni que el candidato tenga un 30% de votos en contra en la nominación formal o que su ex rival se niegue a pedir el voto para él y sea abucheado. Pero más allá del ruido, ¿ha conseguido Manafort alguno de sus objetivos? Trump, la persona El jefe de campaña contaba como algo extraordinario el intento de trazar un retrato más íntimo del candidato, pero en realidad ése es una de las razones de ser de las convenciones. Hace cuatro años, la campaña...