Disculpa, Trump, pero más republicanos que demócratas apoyaron NAFTA
“NAFTA fue aprobado por Bill Clinton. NAFTA ha sido una catástrofe, una absoluta catástrofe para este país”.
—Donald Trump, entrevista con Bret Baier en Fox News, 6 de mayo de 2016
“NAFTA nos lo dio Clinton. No podemos recibir nada más de los Clinton”.
—Trump, durante un mitin en Charleston, W.V., 6 de mayo
“NAFTA, aprobado por Bill Clinton, ha sido un desastre total para Estados Unidos”.
—Trump, en una entrevista en CNN, 2 de mayo
Donald Trump, el virtual nominado republicano a la presidencia, lleva tiempo atacando los tratados de libre comercio, en particular el Tratado Norteamericano de Libre Comercio (NAFTA por sus siglas en inglés). Para un político que es notoriamente inconsistente en sus posiciones políticas, su oposición a NAFTA y a los tratados de comercio ha sido su norte. Incluso, BuzzFeed localizó un discurso de octubre de 1993 en el que Trump atacó a NAFTA diciendo que era un mal acuerdo.
“Es muy claro” dijo Trump según un reporte de prensa. “Los mexicanos lo quieren, y eso a mí no me suena bien”.
Pero hay muchas cosas en las que Trump se equivoca sobre NAFTA, incluyendo su historia básica. Repetidamente él lo asocia con el presidente Bill Clinton, pero eso solamente es medio mentira.
Los hechos
Bill Clinton sin duda apoyó NAFTA y presionó por su aprobación en el congreso. Pero el acuerdo fue negociado y aprobado por el presidente George H.W. Bush (Aquí una foto). Además, más republicanos que demócratas votaron por el acuerdo, ya que el pacto recibió el vehemente rechazo de los sindicatos. Un aliado clave para Clinton fue el ese entonces jefe de la minoría parlamentaria (Y más tarde presidente de la Cámara de Representantes) Newt Gingrich (R-Ga.), de quien se dice está en la lista de Trump de posibles compañeros de fórmula presidencial.
NAFTA fue el sucesor de un pacto de libre comercio con Canadá. Bush había visto en NAFTA una oportunidad política, un logro para su campaña de reelección. Él inició el acuerdo el 12 de agosto de 1992, antes de la convención del partido republicano, y lo aprobó oficialmente en diciembre de 1992, luego de haber perdido la elección con Clinton.
Clinton había apoyado el pacto durante la campaña presidencial, pero dijo que quería negociar acuerdos laterales con México, concernientes a la implementación de leyes laborales y ambientales. Él no buscó la aprobación del Congreso hasta que se alcanzaron esos acuerdos en agosto de 1993 — pero los acuerdos fueron denunciados por grupos ambientalistas y laborales por considerarlos muy débiles.
En conclusión, Clinton no negoció NAFTA ni tampoco lo firmó ley. Pero sí puso en juego su prestigio político para que fuera aprobado por el Congreso — incluso aunque dos altos jerarcas demócratas, el líder de la bancada mayoritaria Richard Gephardt (Mo.) y el jefe de fracción David Bonior (Mich.), se opusieron. En la Casa de Representantes, NAFTA pasó 234-200; 132 republicanos y 102 demócratas votaron a favor. El Senado aprobó NAFTA 61-38, con el apoyo de 34 republicanos y 27 demócratas.
Tanto en la Casa como en el Senado, más demócratas se opusieron a NAFTA que los que lo apoyaron — una señal de que el ala del partido de Bernie Sanders era fuerte incluso entonces. Clinton realizó una ceremonia de firma para la implementación de la legislación el 3 de diciembre de 1993, flanqueado por expresidentes y líderes congresistas de ambos partidos. Pero eso no es lo mismo que negociar y firmar el acuerdo con México y Canadá. El acuerdo de comercio entró en efecto el 1 de enero de 1994.
Trump también tiende a sobrestimar por mucho el impacto de NAFTA. En la entrevista en CNN, sugirió que las pérdidas de empleos de fábricas en New York, Pennsylvania y Maryland — “45%, 50% de las fábricas ya no existen”— eran atribuibles a NAFTA.
“NAFTA ha sido un desastre para nuestro país”, dijo Trump. “NAFTA tiene que ser eliminado por completo. Algo tiene que pasar con NAFTA”.
Como lo hemos hecho notar repetidas veces, los economistas no han alcanzado ninguna conclusión firme del impacto de NAFTA, pero muchos piensan que los reclamos sobre masivas pérdidas de empleos están sobrestimados. El Servicio de Investigación del Congreso concluyó en 2015 que el “efecto completo de NAFTA sobre la economía estadounidense parece haber sido relativamente modesto, principalmente porque el comercio con Canadá y México representa un pequeño porcentaje del Producto Interno Bruto de Estados Unidos”.
El Instituto de Política Económica, sin embargo, ubica las pérdidas de empleo debido a NAFTA en alrededor de unos 700,000 hasta 2010 (Trump en el pasado ha citado los estimados de EPI). Nueva York, por ejemplo, ha perdido alrededor de 400,000 empleos de manufactura desde 1993, de acuerdo al Bureau of Labor Statistics — y EPI estima las pérdidas de empleo en Nueva York debido a NAFTA en alrededor de 34,000. Por lo que, claramente, algo más ha pasado que afectó los empleos de manufactura.
Robert E. Scott, el jefe de economistas de EPI, dice que sus estimaciones muestran que el comercio con China y otras naciones del aro del Pacífico ha traído la pérdida de 277,000 empleos en el estado de Nueva York. “Para algunas naciones, como China y Japón, la manipulación cambiaria es impulso clave de esos procesos” dice Scott. “La falla en incluir prohibiciones aplicables de manipulación cambiaria en estos tratados es una falla mayor que ha contribuido significativamente a los grados de déficits comerciales y a las pérdidas de empleos”.
Los estimados de EPI no son aceptados universalmente, pero es llamativo que incluso los escépticos de los tratados de libre comercio encuentran las críticas de Trump a NAFTA exageradas.
La campaña de Trump nunca responde a las preguntas de chequeo de datos, pero pudiera ser que Trump está simplemente utilizando el nombre NAFTA para referirse a todos los tratados comerciales. “Yo no hablo por Trump o defiendo sus reclamos” dijo Scott. “Sin embargo, yo sí creo que NAFTA fue el modelo para docenas de tratados comerciales ejecutados por Estados Unidos y otras naciones a partir de 1993”.
Veredicto*
Sea lo que sea que se piense de los méritos de NAFTA, es importante saber la historia. El tratado comercial fue negociado por un presidente republicano y aprobado con mayoría de votos republicanos. Bill Clinton ciertamente presionó con fuerza por su aprobación, incluso por encima de las objeciones de muchos demócratas, pero no se le puede echar toda la culpa — o darle todo el crédito — de NAFTA a Bill Clinton.
Comparado con tantas declaraciones falsas de Trump, este error pudiera no figurar particularmente arriba. Pero la precisión en el lenguaje y el conocimiento de la historia son aspectos importantes de un aspirante a presidente. Trump debilita su mensaje sobre comercio cuando exagera los números y presenta la historia al revés. El Washington Post le otorga dos Pinochos*.
*Nota: este texto se hizo público originalmente por el Washington Post el 9 de mayo de 2016 bajo el titular History lesson: More Republicans than Democrats supported NAFTA. En el Detector de Mentiras publicamos esta versión traducida y adaptada con autorización del Washington Post. Sus fact-checkers mencionan pinochos haciendo referencia a la escala que usan para juzgar la veracidad de lo afirmado. Dos pinochos hace referencia a una “medio mentira” bajo la escala del Detector de Mentiras.