Articulos, Destino 2016, Elecciones de 2016
Las elecciones presidenciales del 8 de noviembre tienen la particularidad de enfrentar a dos candidatos impopulares. Esto puede beneficiar a terceros partidos, pero también empujar una de las tradiciones electorales más propias de Estados Unidos: el write-in, es decir optar por un candidato (real o ficticio) que no se presenta. Sobre todo Donald Trump ha dividido a su partido y ha dejado a parte de los votantes republicanos sin opciones. En un movimiento inédito, congresistas, senadores, altos cargos y comentaristas conservadores están declarando que se refugiarán en el write-in para no votar a Trump, pero tampoco a Hillary Clinton. Votos para Jeb Bush Así lo han dicho públicamente republicanos de primera fila. La congresista de Florida Ileana Ros-Lehtinen dice que votará por Jeb Bush, el exgobernador y excandidato. La senadora Susan Collins, de Maine, asegura que también se plantea apoyar simbólicamente a Jeb Bush o a Condoleezza Rice, que ha repetido las dos últimas elecciones que no tiene ninguna intención de volver a la política. El senador Mark Kirk, de Illinois, dice que optará por Colin Powell. El senador Lindsey Graham, de Carolina del Sur, dice que no irá a votar o también lo hará por alguien de manera simbólica que no se presente. Sin embargo, Carolina del Sur es uno de los nueve estados que no admite la opción de write-in. Si Graham hace eso, su voto no será registrado como válido. También hay algunos seguidores de Bernie Sanders que optarán por votar por el senador de Vermont aunque no se presente. Sin embargo, entre los demócratas, no hay figuras públicas relevantes que hayan declarado su intención de...
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La diferencia en Pensilvania a favor de Hillary Clinton se está agrandando, una mala noticia para Donald Trump, que, si se cumplen las encuestas, se está quedando sin opciones viables para llegar a los 270 votos electorales que se necesitan para ser presidente. Larry Sabato, el politólogo de la Universidad de Virginia, ya ha pasado oficialmente Pensilvania de la columna de “se inclina hacia los demócratas” a la de “probablemente demócrata”. En este escenario, Trump tendría que aspirar a ganar todos los estados donde tiene ahora ventaja y todos los estados donde van por delante los demócratas. Estos estados marcados en gris son los que tienden hacia Clinton y por los que Trump podría luchar. Click the map to create your own at 270toWin.com Ganar todos sería difícil para Trump, pero estos estados que tienden hacia Clinton son los más ajustados. En algunos casos, mucho, como Iowa, Florida o Carolina del Norte, y en otros, menos, como New Hampshire. Si el candidato republicano consiguiera batir esta tendencia y quedarse con todos estos estados, estaría ante el escenario que ahora mismo sería lo máximo por lo que podría luchar: el empate a 269 votos electorales. Así quedaría el empate. Click the map to create your own at 270toWin.com Esta web, 270towin, muestra 32 posibles escenarios de empate. Todos muy improbables, pero no imposibles. ¿Qué pasaría en ese caso? Si hay un empate, la responsabilidad pasa a la Cámara de Representantes, que lleva más de un siglo sin intervenir en el resultado de unas elecciones presidenciales. En realidad, nunca ha habido un empate exacto del colegio electoral entre...
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La campaña de Donald Trump apenas ha invertido en contratar empleados o en anunciarse en los estados clave. Cerca de la mitad de su presupuesto sigue viniendo del propio candidato y hasta el mes pasado no empezó un esfuerzo más tradicional de recaudación de fondos. Hasta ahora ha confiado en los tuits del candidato como principal arma de comunicación. Pero, ¿hasta dónde llega su fuerza? Hay indicios de que está mermando y de que la campaña y/o el candidato están perdiendo entusiasmo por esta red social. No está en el top 100 La cuenta de Trump tiene más de 10 millones de seguidores. Son cerca de dos millones más de los que tiene Hillary Clinton. Pero la cuenta del republicano no está entre las 100 más seguidas de Twitter. La primera es la de la cantante Katy Perry, con más de 91 millones. El presidente Barack Obama está en cuarta posición, con más de 76 millones de seguidores en su cuenta personal (tiene otra como presidente). Según una herramienta de análisis de Twitter, si sigue a este ritmo, Trump rondará los 13 millones de seguidores para las elecciones del 8 de noviembre. Todavía muy por detrás de las cuentas del Real Madrid o del primer ministro indio. Como le sucede a quien tiene millones de seguidores, Trump tiene cuentas que le siguen que son robots creados de manera automática. Algo más del 40% de sus seguidores son considerados “falsos”, es decir más de cuatro millones de cuentas, según la herramienta de auditoría de cuentas Twitter Audit. En comparación, Hillary Clinton tiene un 36% de seguidores que no son ni personas...