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Discurso de Clinton: Es verdad que existe amplio miedo entre la población

En su discurso ante la Convención Nacional Demócrata, Hillary Clinton dijo que ante los diversos ataques terroristas, así como otros hechos de violencia en el país, la población está “ansiosa y buscando consuelo”

Más allá de las cifras oficiales sobre criminalidad, que sigan en descenso, desde hace más de una década la opinión pública en Estados Unidos luce desconectada con la realidad en este aspecto. En 2015, 70% de los consultados por Gallup dijeron percibir más crimen que en el año anterior, una cifra que se ha mantenido por encima de 60% desde hace más de una década, en tendencia contraria a los índices de violencia.

También desde 2006, 51% o más de los encuestados han dicho año tras año que el crimen es un problema “extremadamente serio” o “muy serio” en el país. En marzo de 2016, Gallup indicó que el porcentaje de ciudadanos que se preocupan mucho por la violencia y el crimen había llegado a su punto más alto en 16 años, 53%, mientras que 51% dijeron estar muy o algo preocupados por ser víctimas del terrorismo, cifra más alta desde octubre de 2001, sólo días después del atentado contra las Torres Gemelas y el Pentágono.

Datos más recientes parecen confirmar la creciente preocupación de los ciudadanos en Estados Unidos. En julio, 21% de los consultados por CNN/ORC dijeron que el terrorismo era el problema más importante a la hora de votar en las elecciones presidenciales. En 2008, el terrorismo nunca superó el 12% en las encuestas de CNN.

En un estudio de de julio de The Economist/YouGov, 45% de los consultados dijeron que Estados Unidos está menos seguro ante un ataque terrorista que en 2001 (incluyendo 75% de republicanos), 72% dijeron que es muy probable o algo probable que haya un ataque terrorista en el país en los próximos 12 meses (incluyendo a 91% de presuntos votantes republicanos), y 17% colocaron al terrorismo como el asunto más importante ante la elección (incluyendo a 28% de republicanos).


Fact-Checking: Mentiras y datos engañosos del discurso de Donald Trump

En su discurso de aceptación de la candidatura republicana a la presidencia de EEUU, el magnate Donald Trump dijo  varias mentiras y ofreció datos engañosos a una audiencia eufórica que recibía cada palabra con aplausos.

Estas son las afirmaciones que pudimos contrastar durante una jornada de verificación en vivo del discurso de Mr. Trump.

1) Homicidios en grandes ciudades subieron.

“Los homicidios subieron 17% el año pasado en las 50 ciudades más grandes de America. Es el mayor aumento en 25 años (…) Décadas de progreso bajando el crimen están siendo revertidas por el retroceso de esta administración (Obama) al aplicar la ley”.

Esta afirmación de Trump no es verdadera. El incremento de homicidios varía en cada ciudad, según muestra un estudio del Brennan Center for Justice.

Por ejemplo, en Nueva York aumentaron 5.7% entre 2014 y 2015 y en Chicago subieron 13.1%. En Phoenix disminuyeron 1% y en Austin bajaron 31,3%. Aunque Denver, por ejemplo, casi duplicó la cantidad de asesinatos.

El estudio citado, de abril de 2016 con datos de las 30 principales ciudades del país, muestra que mientras los asesinatos aumentaron en algunas ciudades, dos tercios de las urbes analizadas en realidad vieron una disminución del crimen en general.

Incluso en Dallas, donde los homicidios sí aumentaron 17% entre 2014 y 2015, la tasa de esos delitos (10.7 por cada 100,000 personas) fue la cuarta más baja desde que la policía de Dallas comenzó a llevar la cuenta en 1930.


2) Promete hacer EEUU un sitio seguro de nuevo.

“Décadas de progreso bajando el crimen están siendo revertidas por el retroceso de esta administración (Obama) al aplicar la ley (…) We Will Make America Safe Again”.

Trump insiste en que Estados Unidos ha vuelto a altos niveles de criminalidad, a pesar de que se vive uno de los períodos de mayor seguridad en cinco décadas. Es mentira que el crimen está aumentando. El mismo reporte del centro Brennan señala que entre 2014 y 2015 la tasa de crimen a nivel nacional se mantuvo prácticamente idéntica. De hecho, la criminalidad disminuyó 23% desde 2006.

Según estadísticas oficiales del FBI, en 2014 el país tuvo un índice de 4.5 asesinatos y de 365.5 delitos violentos por cada 100,000 habitantes. 20 años atrás, en 1995, tales índices eran de 8.2 y 684.5, mostrando una caída de casi 50% en dos décadas.

Sin embargo, ya en 1995 la criminalidad en el país tenía varios años cayendo. El pico en el índice de asesinatos se dio en 1980, con 10.2 homicidios por cada 100,000 habitantes, y hay que ir hasta 1957 para encontrar un índice más bajo que el de 2014: 4.0 por cada 100,000 habitantes.

A pesar del crecimiento poblacional, los 14,249 homicidios que el FBI reportó en 2014 representan la cifra más baja desde 1968, cuando según el Departamento de Justicia hubo 13,800 asesinatos. La población de aquel entonces se estimaba en poco más de 200 millones de personas, frente a los casi 319 millones de habitantes en 2014.

“La persona promedio en una área urbana grande está más segura caminando en la calle hoy que lo que ha estado en casi cualquier momento de los últimos 30 años”, escribieron los investigadores Ames Grawert y James Cullen.


3) Hillary Clinton quiere eliminar el derecho a poseer y portar armas.

“Si se le permite a Hillary Clinton designar al próximo juez de la Corte Suprema, eso por sí solo puede ser un golpe fatal para nuestra República. Por otro lado, un voto para Donald Trump es un voto para mantener la Segunda Enmienda que da el derecho a la posesión de armas”.

Este es uno de los argumentos más frecuentes de Trump. Pero, Clinton no quiere abolir el derecho a portar armas. Tiene planes de regulaciones más estrictas sobre su venta y tenencia, pero sin tocar la Segunda Enmienda, y respecto a esto se debe ahondar un poco más.

Para enmendar la Constitución se necesita primero que una mayoría calificada tanto de la Cámara de Representantes como del Senado, o que los congresos de al menos 33 estados propongan la enmienda; y luego que al menos 38 estados o convenciones en esos estados la aprueben. Al respecto, entonces hay que decir que la enmienda constitucional no es iniciativa del poder ejecutivo y que es un proceso que difícilmente un candidato en contienda asuma como parte de su campaña.

En su plataforma electoral, Clinton tiene un punto especial para la prevención de la violencia con armas de fuego. Entre sus propuestas incluye aumentar el número de ventas de armas susceptibles a laverificación de antecedentes, eliminar la inmunidad a demandas de los vendedores de armas y revocar licencias de quienes con conocimiento vendan armas a testaferros y traficantes. Además, impedir la compra de armas a personas con antecedentes de abuso doméstico, hacer de la compra de armas como testaferro un delito federal, fortalecer la legislación en torno a la compra de armas por personas con problemas mentales y mantener las armas de guerra fuera de las calles.

Por supuesto, Clinton no dice nada en su plataforma sobre iniciar algún tipo de trabajo en el Congreso o en los estados para que estos presenten una propuesta de reforma constitucional.


4) EEUU es uno de los países con impuestos más altos.

“America es una las naciones con mayores impuestos en el mundo. Reducir impuestos ocasionaría que nuevas compañías y nuevos empleos regresen de forma masiva a nuestro país”

Esta no es la primera vez que Trump habla del tema. Incluso en ocasiones anteriores ha dicho que EEUU es el país con mayores impuestos. Hay distintos tipos de impuestos que habría que analizar, pero no, en ningún caso es Estados Unidos el país con impuestos más altos en el mundo. En Estados Unidos rigen impuestos federales, que son los mismos en todo el país, así como impuestos por estado y algunos locales, que varían según el sitio donde se resida o donde se trabaje.

En su ránking de competitividad 2015-2016, el Foro Económico Mundial colocó a Estados Unidos en elpuesto 95 (sobre 140) en cuanto a la tasa total de impuestos que se cobra en el país, una combinación de diversos tipos de tributos. El país tendría un promedio de impuestos de 43.8%, y aunque se ubica por detrás de 94 naciones, según el informe tiene una tasa menor de impuestos a gran cantidad de países desarrollados, como Australia, Alemania, Suecia, Japón, Austria, Bélgica, Italia o Francia.

La única frase que Trump pudiera decir en torno a los impuestos que resultaría ser verdad es que Estados Unidos es la nación desarrollada con más altos impuestos de sociedades (o corporativos). Ciertamente,las empresas deben pagar en torno a 39% de los ingresos obtenidos en Estados Unidos en impuestos, cifra muy superior al promedio de las naciones de la OCDE, que ronda el 24%.


5) Los inmigrantes dejan sin trabajo a los afroamericanos.

“Décadas con records de inmigración han producido salarios más bajos y un alto desempleo para nuestros ciudadanos, especialmente para trabajadores Afroamericanos y Latinos”

Hay sólida evidencia de que Trump sobredimensiona los efectos negativos de los inmigrantes en el empleo de los afroamericanos e ignora toda la evidencia científica que contradice la tesis que él apoya o la matiza.

Podríamos decir que el millonario quiere pintar de negro un asunto lleno de grises y de discusiones aún abiertas. La investigación al respecto es relativamente nueva, escasa y con pocos consensos al respecto.

Tanto es así que la Comisión de Derechos Civiles de los Estados Unidos, al discutir el tema con diversos expertos en el 2010, prefirió no hacer recomendaciones en su reporte sobre el tema, dada su complejidad, salvo sobre la necesidad de recolectar más información.

En el 2014, la Universidad de Harvard, en un recuento de la investigación científica sobre este problema, menciona la existencia de una “sospecha” de que “altos niveles de inmigración” puedan generar un efecto negativo “modesto” sobre el empleo en la población negra con baja educación.

Y agrega que esos efectos tienden a desaparecer cuando se observa a la comunidad en su totalidad. Además consignó que muchos otros factores pueden tener efectos negativos en el empleo y los salarios de la comunidad negra, más allá de la inmigración. La afirmación de Trump la consideramos casi una mentira.


6)  Altas cifras de desempleo entre jóvenes afroamericanos

“58% de los jóvenes afroamericanos no están empleados”

Trump exagera la cifra y confunde con la forma en la que expresa su argumento. Al decir “no están empleados”, utiliza un término más amplio que el desempleo, para incluir a personas que no están activamente buscando trabajo.

En todo caso, de acuerdo a la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento del Trabajo, para mediados de 2015, había 5.9 millones de afroamericanos entre los 16 y los 24 años en Estados Unidos. Su índice de desempleo era de 20.1%. Si sumamos el número de desempleados con los que no están “en la fuerza laboral”, para aproximarnos al término usado por Trump, el índice sube a 55.2%, todavía por debajo del 58%.


7) La responsabilidad sobre el NAFTA es de Bill Clinton

“Recuerden, fue Bill Clinton quien firmó el NAFTA, uno de los peores acuerdos económicos alguna vez hechos por nuestro país. Nunca más”.

Bill Clinton sin duda apoyó NAFTA y presionó por su aprobación en el Congreso. Pero el acuerdo fue negociado y aprobado por el presidente George H.W. Bush (Aquí una foto). Además, más republicanos que demócratas votaron por el acuerdo, ya que el pacto recibió el vehemente rechazo de los sindicatos. Un aliado clave para Clinton fue el ese entonces jefe de la minoría parlamentaria (Y más tarde presidente de la Cámara de Representantes) Newt Gingrich (R-Ga.), quien estuvo en la lista de Trump de posibles compañeros de fórmula presidencial, y lo respaldó con un discurso en la Convención.

NAFTA fue el sucesor de un pacto de libre comercio con Canadá. Bush había visto en NAFTA una oportunidad política, un logro para su campaña de reelección. Él inició el acuerdo el 12 de agosto de 1992, antes de la convención del partido republicano, y lo aprobó oficialmente en diciembre de 1992, luego de haber perdido la elección con Clinton.

Clinton había apoyado el pacto durante la campaña presidencial, pero dijo que quería negociar acuerdos laterales con México, concernientes a la implementación de leyes laborales y ambientales. Él no buscó la aprobación del Congreso hasta que se alcanzaron esos acuerdos en agosto de 1993 — pero los acuerdos fueron denunciados por grupos ambientalistas y laborales por considerarlos muy débiles.

En conclusión, Clinton no negoció NAFTA ni tampoco lo firmó ley. Pero sí puso en juego su prestigio político para que fuera aprobado por el Congreso — incluso aunque dos altos jerarcas demócratas, el líder de la bancada mayoritaria Richard Gephardt (Mo.) y el jefe de fracción David Bonior (Mich.), se opusieron. En la Casa de Representantes, NAFTA pasó 234-200; 132 republicanos y 102 demócratas votaron a favor. El Senado aprobó NAFTA 61-38, con el apoyo de 34 republicanos y 27 demócratas. La afirmación de Donald Trump es una verdad a medias, pues debe ser puesta en contexto para comprender la responsabilidad de todas las partes involucradas en la negociación del acuerdo.


8) Sugiere responsabilidad de Barack Obama por el aumento de la pobreza entre latinos

“Dos millones más de latinos están viviendo en pobreza hoy, de cuando Obama inició su gobierno en 2009”

Trump lanza un argumento engañoso al decir que hay dos millones de latinos más viviendo en la pobreza desde que Obama asumió el poder. Las cifras oficiales de la Oficina del Censo indican que al cierre de 2008 (último año previo al gobierno de Obama), había 10,9 millones de latinos en pobreza.

Al cierre de 2014 (año más reciente con cifras oficiales), había 13,1 millones de latinos viviendo en pobreza, es decir, un poco más de dos millones pobres adicionales. Sin embargo, el crecimiento más notable se dio entre 2008 y 2009, con motivo de la crisis económica que impactó a finales de 2008. Además, la población hispana también ha crecido notablemente en ese período, y porcentualmente la pobreza sólo aumentó de 23.2% en 2008 a 23.6% en 2014.


9) Estados Unidos no es tratado con respeto.

“Mientras seamos liderados por políticos que no pongan a América de primero, podemos estar seguros que otras naciones no nos tratarán con respeto”

Esto también lo sugirió meses antes el senador republicano de Texas Ted Cruz, cuando se quejó de la presunta falta de liderazgo del gobierno de Obama a nivel mundial, asegurando que el vacío dejado por Estados Unidos ha sido llenado por líderes y grupos violentos, enemigos del país.

Un estudio del Centro de Investigaciones Pew del año 2015, realizado en 40 países distintos, muestra que en promedio 65% de los consultados tiene confianza en el Presidente Barack Obama. En países aliados de Estados Unidos la confianza es más alta: 88% en Corea del Sur, 83% en Francia y 81% en Australia. Los países donde la población tiene menos confianza en Obama son Rusia, con apenas 11%, Jordania y Pakistán con 14%, los Territorios Palestinos con 15% y Venezuela con 26%.

La confianza generada por Obama es mucho mayor que la de su predecesor. Pew ha venido realizando una encuesta similar desde 2003. En aquel entonces el promedio en 15 países era de 39% de confianza hacia el entonces presidente George W. Bush. Aunque en Israel la confianza hacia la presidencia estadounidense se ha desplomado (de 83% a 49% en 12 años), en otros países muestra una notable recuperación: en Canadá pasó de 59% a 76%, en el Reino Unido de 51% a 76% y en Alemania de 33% a 73%.

Para 2008, último año completo de Bush en la Casa Blanca, la confianza internacional en él era más baja: tan sólo uno de los 20 países consultados mostró cifras positivas (Tanzania con 60%), mientras que en general las opiniones eran muy críticas: apenas 13% de los franceses, 16% de los mexicanos, 23% de los australianos y 30% de los surcoreanos confiaban en el presidente de Estados Unidos.

En cuanto al liderazgo global, Estados Unidos es visto más positivamente que China en todas las regiones del mundo, excepto en el Medio Oriente. La nación norteamericana también es considerada por 50% de los consultados globalmente como la principal potencia económica, por 27% que consideran a China la principal potencia económica.

Mientras Trump y Cruz critican el liderazgo de Obama, el Reporte de Liderazgo Global de la encuestadora Gallup,hecho en 135 países, señaló en 2014 que 45% de los consultados aprobaba el rol de liderazgo de Estados Unidos, por 27% que lo desaprobaba. Como contraste, en 2008, último año de George W. Bush en la Casa Blanca, la opinión estaba dividida por igual: 34% confiaba y 34% desconfiaba del liderazgo estadounidense.