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GUÍA PARA COMPRENDER LA POLÍTICA EN AMÉRICA

María Ramírez

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Eduardo Suárez

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Eduardo Suárez

La derrota de Marco Rubio alarga y complica la carrera republicana

Febrero 10, 2016

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María Ramírez

La derrota de Marco Rubio alarga y complica la carrera republicana

La carrera republicana será más larga, más incierta y más arriesgada por una frase repetida cuatro veces en un debate: “Obama sabe exactamente lo que está haciendo”. Marco Rubio, el candidato que salió de Iowa con más fuerza para frenar a Donald Trump, decepcionó este martes en New Hampshire con un quinto puesto. De momento, no hay alternativa republicana clara a Trump.

En un discurso de pocos minutos e interrumpido varias veces por los aplausos, Rubio reconoció su traspiés. “Estoy decepcionado. Nuestra decepción es sólo culpa mía, no es vuestra. No lo hice bien el sábado por la noche. No volverá a pasar nunca más”, dijo el candidato ante un par de centenares de fieles en Manchester.

“¡Sigue luchando, Marco!”, gritó un seguidor en la audiencia, que coreó su nombre varias veces.

Rubio dijo que su familia sabe “de retos”. Recordó la decepción de su padre cuando tuvo que mudarse a Las Vegas después de perder su trabajo como conserje de un edificio de apartamentos en Miami. Mario Rubio se encontró cincuentón y llevando cubos de hielo en empleos peores que los que había tenido hasta entonces.

Su canción de campaña, Greater, del grupo de “música cristiana contemporánea” texano MercyMe tenía un significado especial esta noche: “Bring your tired, bring your shame, bring your guilt, bring your pain… You will always be much more to me”.

Muchos candidatos

Al pronunciar el discurso, Rubio estaba a pocos votos de un posible cuarto puesto disputado con Bush, pero su resultado aventura un camino tortuoso para republicanos divididos entre Trump, Ted Cruz, muy a la derecha del país, y una lista larga de candidatos más moderados.

“Mientras sigan tantos, y van a seguir, no habrá otro candidato claro. Ésta ha sido una gran noche para Trump”, dice Lee Miringoff, director del instituto de encuestas Marist. “Pero lo importante viene ahora, cuando se extienda la base de votantes a Carolina del Sur, con más afroamericanos, y en Nevada, con más hispanos”.

La decepción se notaba entre los seguidores de Rubio que llenaban un salón del hotel Radisson de Manchester. Tras el tercer puesto, mejor de lo previsto, en Iowa, hace unos días algunos sondeos colocaban al senador de Florida en el segundo en New Hampshire. Varios votantes se consolaban aplaudiendo cuando se leían los pobres resultados de Chris Christie en Fox News. “Quiero que se vaya al infierno. Ya es lo único que me importa”, decía a gritos una seguidora de Rubio sobre el gobernador de New Jersey que puso en apuros al senador en el debate del sábado.

“Lo del debate fue decepcionante. Pero a mí no me importó. El error de Rubio en el debate mostró que es humano. Las personas cometen errores. Le seguiré mientras él siga”, dice Daf, de 26 años y cuyos padres son griegos. Hace cuatro años votó por Barack Obama y ahora apoya a Rubio porque le gusta su juventud y su control de la política exterior. La chica, que vive en Manchester y trabaja en la Universidad, dice que espera que si llega a candidato Rubio “modere” algunas posiciones sobre asuntos morales, como el matrimonio gay. Daf es lesbiana y le gusta más la posición de los demócratas pero cree que Rubio sólo es contrario a este derecho “porque lo tiene que decir”.

Sus seguidores en Manchester siguen creyendo que Rubio será el candidato. En los corrillos se hablaba bien de John Kasich, pero como “un buen vicepresidente”.

Entre los observadores de la campaña, varios expertos repiten que Rubio tiene posibilidades, pero ahora el margen para él es más estrecho. “Todavía tiene posibilidades. Es un orador muy elocuente pese a lo que pareciera en el debate. Es joven. Puede atraer a más gente en el centro, también a hispanos”, explica Gregory Payne, politólogo de Emerson College, que también hace encuestas. “Las siguientes primarias son el verdadero test”. Según Payne, Rubio es la única esperanza de los republicanos contra Trump y contra Ted Cruz, “el más peligroso” por sus posiciones extremas. Le quita importancia a las opciones de Jeb Bush. “Es el candidato que más representa el pasado en esta carrera, incluso más que Hillary Clinton”.

Próximas paradas

Las próximas citas electorales, en principio, benefician a Rubio por el perfil de votantes más jóvenes y más diversos: Carolina del Sur, el 20 de febrero, y Nevada, el 23. En Carolina del Sur, los votantes republicanos son conservadores, pero menos que en Iowa, y Rubio puede atraer a electores afroamericanos. El senador nació en Miami, pero pasó parte de su adolescencia en Las Vegas, donde se hizo mormón (de vuelta a Miami, volvió a ser católico), por lo que tiene una conexión personal con un estado donde hay más hispanos que también pueden estar interesados en su candidatura.

El camino en cualquier caso será arduo. Después, toca el súper martes el 1 de marzo, con estados sureños donde Cruz puede atraer a más votantes y donde Trump puede encontrar espacio entre los votantes que más le han seguido hasta ahora: personas que no han votado antes en las primarias, obsesionados con la inmigración y con pocos estudios.

Después, llegará el que puede ser el último momento decisivo: el 15 de marzo, cuando Florida y Ohio celebran sus primarias. Ahora mismo Rubio tiene dos rivales en la carrera con muchos recursos en esos dos lugares clave también para las generales: Jeb Bush, ex gobernador de Florida, y John Kasich, todavía gobernador de Ohio.

Jaden Walls, de ocho años, en Manchester./AP

Jaden Walls, de ocho años, en Manchester./AP

Los votantes de Rubio

El senador de 44 años mueve a la parte más joven de los republicanos, como mostraron las encuestas entre los votantes el día de la elección en Iowa y algo en New Hampshire. Sus mítines están llenos de parejas jóvenes con bebés, de estudiantes y de adolescentes que sólo a veces pueden votar. O que no lo podrán hacer a no ser que Rubio llegue a ser candidato en noviembre.

Es el caso de Andrew Chaviana, un estudiante de Nashua que cumplirá 18 en unos meses. Sus padres llegaron de Cuba a principios de los 90. “Ellos son de Hillary. A mí no me gusta Hillary. Me gusta Rubio como representante de la segunda generación de cubanos. Puedo conectar mejor con él”, explica Chaviana, que le ha prometido a Rubio que convencerá a sus padres para que le apoyen.

Lo que más les suele atraer a los jóvenes profesionales que le apoyan es la imagen que tiene de que puede ser una persona de consenso, un factor atractivo entre los independientes.

Así le pasa a Shalby, registrada como republicana y que acude a los mítines con su marido, su hijo de dos años y su bebé recién nacida: “Para mí son importantes los asuntos morales. Soy más republicana por eso, pero quiero alguien que trabaje con los demócratas y creo que Rubio lo puede hacer mejor que otros”, explica. Su marido, Joe, es el más decidido en el respaldo al senador de Florida, sobre todo por la inmigración. “Necesitamos la inmigración en este país sobre todo para los pequeños negocios. Él puede ser la cara que convenza al partido republicano”, explica Joe, también registrado como independiente y que se ha mudado a New Hampshire para estudiar Derecho.

Iowa y New Hampshire apenas tienen votantes hispanos (el 90% de la población es blanca, una excepción en el país), pero la mayoría de ellos han apoyado estas elecciones a candidatos demócratas. Aún así, Rubio tiene cierto atractivo entre los votantes latinos. “Sería especial que hubiera un presidente hispano en la Casa Blanca, aunque para mí no es el principal motivo para votar”, dice Liliana Ashland, de Newmarket y que nació en México y fue adoptada por padres estadounidenses cuando tenía dos meses.

Hasta ahora el gran argumento de los votantes de Rubio es el que es “el más elegible”. “No somos tan conservadores como él, pero puede atraer a votantes del centro por su juventud y sus orígenes”, explica Lloyd, de Virginia, que ha venido a hacer campaña a New Hampshire de puerta en puerta por Rubio con su amiga Nancy, una jubilada de Ohio que dice no se había movilizado antes por ninguna campaña. “Rubio es joven y muy agradable. Puede ganar”, dice ella, que suele apoyar a los republicanos, pero que en 1992 votó por Bill Clinton.

Desde el sábado, Rubio y su equipo insistieron en público en que decir cuatro veces casi la misma frase contra el presidente Obama durante el debate no tendría ningún efecto en las urnas. Pero la inquietud se notaba en la recta final.

Unas horas antes de la apertura de los colegios, cuando en el community college de Nashua una votante le dijo a Rubio con aire maternal que durmiera bien, él contestó sin dejar de sonreir: “No necesito dormir, necesito votos”.

 

    María Ramírez

    Reportera y analista política de Univision Noticias. Nació en Madrid en 1977 y estudió Periodismo en la Universidad de Columbia con una beca Fulbright. Trabajó durante 15 años como corresponsal de El Mundo (España) en Nueva York, Milán y Bruselas. Fundó la web de innovación periodística #nohacefaltapapel y el diario El Español. Colabora con NY1 Noticias. Es autora de La Carrera: Retrato de 10 candidatos cuyo ascenso marca el futuro de América (2012) y Marco Rubio y la hora de los hispanos (Debate, 2016). @mariaramirezny

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