La expresión nació en los círculos económicos de Londres durante el siglo XVIII. Un ‘lame duck’ era un agente de Bolsa que no podía “pagar sus deudas” y tenía que “salir arrastrándose como un pato cojo” por los callejones del distrito financiero de la ciudad. En algún momento del siglo XIX cruzó el océano, dio el salto a la política y recibió una mención en el diario oficial del Capitolio en enero de 1863. Por entonces un ‘pato cojo’ no era un presidente sin horizontes. La expresión servía para definir a cualquier político quemado y para describir la sesión que celebraba el Congreso entre las elecciones de noviembre y la toma de posesión del nuevo presidente, que se celebraba el 4 de marzo hasta 1933. Muchos empiezan a describir así a Barack Obama después del triunfo arrollador de los republicanos, que controlarán las dos cámaras del Capitolio por primera vez desde 2006. La derrota mermará aún más si cabe el margen de maniobra del presidente, que a partir de ahora sólo podrá dictar discursos, emitir decretos, firmar indultos, vetar los proyectos republicanos y gestionar la política exterior. El primero de los predecesores de Obama que llevó la etiqueta de ‘pato cojo’ fue el republicano Calvin Coolidge, retratado así en un artículo de un diario de Wisconsin en mayo de 1926. Desde entonces, muchos presidentes han sufrido un sambenito que compara sus últimos días con los esfuerzos inútiles de un ave que ha perdido un miembro y apenas se puede mover. Y sin embargo no se puede decir que las elecciones hayan transformado a Obama de pronto en un ‘pato cojo’....
Los hispanos suelen votar menos que la población general en las elecciones a mitad de mandato. En los comicios del 4 de noviembre, se estima han representado el 8% del electorado, es decir dos puntos menos que en las presidenciales de 2012 según los datos del Pew Hispanic Center. Su desmovilización es una mala noticia para los demócratas, que tienen en esta comunidad una de sus bases más fieles por todo el país. El 56% de los que no han votado dicen que, de haberlo hecho, habrían optado por un candidato demócrata. La firma de encuestas Latino Decisions ha preguntado a votantes hispanos abstencionistas por qué no han ejercido su derecho. La mayoría no da razones políticas, sino logísticas. Éstas son las respuestas a cinco preguntas clave del cuestionario presentado a los ciudadanos. 1. ¿Cuál es la razón por la que es improbable que vote este año? (vale más de una respuesta) 25% Estoy demasiado ocupado o mi horario no me permite coger el tiempo libre suficiente 25% Otros motivos 24% No sé dónde está mi colegio electoral 10% No tengo suficiente información sobre los candidatos 10% No me gusta ninguno de los candidatos 9% Me siento frustrado porque nadie se ocupa de lo que me importa 4% No sé 1% Sólo voto en las presidenciales 1% No contesto 2. En los últimos meses, ¿alguien de alguna campaña, partido político u organización comunitaria le ha pedido que vote o que se registre para votar? 59% No 41% Sí 3. ¿Tiene una opinión favorable o desfavorable del presidente Obama? 31% Bastante favorable 18% Muy desfavorable 17% Muy favorable 16% No...
El presidente Barack Obama tendrá que gobernar en la recta final de su Presidencia con las dos cámaras del Congreso en contra. Los republicanos ganaron este martes la mayoría en el Senado por primera vez en ocho años y avanzaron aún más en su control de la Cámara de Representantes. En carreras por todo el país, los candidatos del partido del presidente perdieron o sufrieron en lugares que unas horas antes contaban como victorias casi seguras: en Florida, en Virginia, en Illinois o en Maryland. Los republicanos no tenían el control de las dos cámaras desde 2006, cuando perdieron la mayoría en el Senado durante el segundo mandato de George W. Bush. Según los cálculos del ‘Washington Post’, el Congreso que tomará posesión en enero será el que tenga el mayor margen de dominio republicano desde 1929. Senado Los republicanos tuvieron una buena noche. Consiguieron nuevos escaños en Iowa, Arkansas, Dakota del Sur, West Virginia, Montana, Colorado y Carolina del Norte. Entre los siete estados más dudosos, los demócratas sólo resistieron en New Hampshire, donde el republicano Scott Brown fue derrotado después de cambiarse de estado (en 2012, perdió su escaño en Massachusetts contra Elizabeth Warren). Carolina del Norte fue especialmente decepcionante para los demócratas, esperanzados con la demografía cambiante del estado. El presidente Obama llamó por la tarde a un popular programa de radio en Charlotte para apoyar a la senadora demócrata, Kay Hagan, pero sus ruegos sirvieron de poco. Incluso en Virginia, el senador demócrata Mark Warner creía su puesto a salvo, pero casi pierde contra el rival republicano, Ed Gillespie. La contienda, con unos miles de...
Las elecciones de este martes otorgaron más poder a los republicanos. Pero cambiaron también los equilibrios de poder entre los aspirantes a las presidenciales de 2016. A contnuación examinamos cómo salen los principales candidatos de esta cita electoral. 1. Scott Walker: ganador indiscutible. El gobernador republicano ganó este martes su tercera elección en apenas cuatro años en un estado que votó por Barack Obama en las dos últimas elecciones presidenciales. El entorno de Walker tiene alguna cuenta pendiente con la Justicia. Pero su triunfo lo consolida como uno de los aspirantes más sólidos en 2016. Entre otras cosas porque viene del Medio Oeste: la región donde se gana la elección presidencial. Los republicanos buscan un líder con experiencia de gobierno y Walker se ajusta a ese perfil. Queda por ver si la estridencia de algunas de sus propuestas económicas es un obstáculo para conectar con el resto de la población. 2. HIllary Clinton: algo menos inevitable. Sus errores en campaña han despertado dudas sobre la viabilidad de su carrera presidencial y su presencia en Arkansas, Kentucky o Illinois no ha evitado la derrota de los demócratas en estados que debe aspirar a ganar si se decide a emprender la carrera presidencial. Aun así Hillary sigue siendo la favorita indiscutible para lograr la candidatura demócrata. Entre otras cosas por la maquinaria de la familia, porque hoy por hoy atraería dos tercios de los votos en Iowa y New Hampshire y porque su posible adversaria Elizabeth Warren sigue diciendo que no se presentará. 3. Jeb Bush: el peso del apellido. El ex gobernador de la Florida ha ayudado a los aspirantes republicanos...
Consulte en este enlace todos los resultados. Derrota inesperada de los demócratas en Carolina del Norte. Reelegidos los hispanos Brian Sandoval y Susana Martínez. Scott Walker y Rick Scott ganan en Wisconsin y en la...
Unos 200 millones de ciudadanos están llamados a ejercer su derecho a voto este martes en las elecciones que se celebran en todo el país. Demócratas y republicanos se disputan el control del Senado, un puñado de escaños en la Cámara de Representantes y el color político de los gobernadores de 36 estados: entre ellos la Florida, Colorado, Wisconsin, Kansas e Illinois. Ningunos comicios de mitad de mandato les habían salido tan caros a los grandes partidos y a sus grupos afines, que colocado unos dos millones de anuncios y han desembolsado 3.670 millones de dólares según este minucioso informe del Center for Responsive Politics, cuyos expertos recopilan información sobre el gasto electoral. La noche augura emociones fuertes en varios estados y es muy probable que no despeje todas las incógnitas. A continuación nuestra guía básica para seguir la jornada electoral. 1. El color del Senado. Hasta 36 escaños del Senado se dirimen esta vez durante la jornada. Pero sólo unos pocos llegan con un resultado incierto a la recta final de la campaña. Los pronósticos les aseguran 45 senadores a los demócratas (incluyendo a dos independientes que votan con ellos) y 47 a los republicanos: los que tenían hasta ahora con la excepción de la impredecible Georgia y con la incorporación de Arkansas, Montana, West Virginia y Dakota del Sur. Queda por definir el color de los otros ocho estados: los siete decisivos que señalamos en este artículo más Luisiana, cuyo resultado se definirá en una segunda vuelta que podría degenerar en una batalla muy cara aunque las encuestas dicen que la victoria será republicana. 2. Más allá...