Seis gráficos que explican por qué Trump titubea ahora sobre inmigración

Donald Trump hablará este miércoles sobre inmigración en Arizona, un estado que los republicanos podrían perder por segunda vez desde 1952.

El candidato y su entorno ofrecen señales contradictorias desde hace días. Durante un foro emitido en Fox News, llegó a decir que podría suavizar su política y a puerta cerrada les dijo a varios líderes hispanos que estaba abierto a regularizar a una parte de los 11 millones de indocumentados que viven en el país. Pero en su página web siguen estando sus propuestas más polémicas: la construcción del muro, la prohibición de entrada a los musulmanes o el final del derecho a adquirir la ciudadanía estadounidense a cualquier niño que nazca en el país.

Trump ha construido su campaña en torno a un discurso agresivo sobre inmigración pero tiene motivos para cambiar. A continuación explico algunas cifras que ayudan a entender el cambio de estrategia del candidato cuando quedan 10 semanas para la cita electoral.

1. No todos los republicanos quieren dureza 

Casi la mitad de los votantes republicanos asegura que otorgar la ciudadanía a los indocumentados y mejorar la seguridad en la frontera deberían ser las prioridades de la política migratoria por igual. Son cifras del sondeo que Pew Research publicó hace unos días y cuyo trabajo de campo se hizo entre el 11 y el 16 de agosto. Es decir, unos días antes de que Trump empezara a suavizar sus intervenciones sobre inmigración.

Estas cifras indican hasta qué punto los votantes republicanos han interioridad que es necesario regularizar a los indocumentados y pueden estar sembrando dudas en el entorno del candidato, cuyo discurso duro no resuena igual entre el electorado que vota en noviembre, mucho más numeroso, joven y progresista que el que le dio el triunfo en las primarias republicanas.

2. Sólo una minoría es crítica con los indocumentados

El sondeo de Pew Research aporta otro dato interesante: sólo una pequeña minoría de los votantes asume estereotipos negativos sobre los inmigrantes sin papeles.

Apenas un 18% piensa por ejemplo que son menos honrados o menos trabajadores que los ciudadanos de Estados Unidos y sólo un 24% cree que roben empleos a los trabajadores locales o que tengan más probabilidades de cometer un delito grave que sus vecinos.

Esos porcentajes son algo más altos entre los votantes de Trump pero son opiniones minoritarias salvo en un aspecto: la identificación entre criminalidad e inmigración, que el candidato recalca en cada uno de sus discursos y que comparte un 50% de sus votantes.

3. No todos quieren un muro

El muro es muy popular entre los votantes de Trump pero dos tercios de los votantes están en contra de su construcción.

4. No todos los votantes de Trump son iguales

Ni siquiera todos los votantes del candidato republicano están a favor de levantarlo: dos de cada 10 se pronuncian en contra según las cifras de Pew Research. Esos disidentes son precisamente quienes no tienen del todo claro si votarán por Trump. Es decir, son los republicanos más moderados que debe conservar para ganar.

5. Los votantes, divididos sobre regularizar

Hasta un 74% de los votantes están a favor de legalizar a los inmigrantes sin papeles, según las cifras de este sondeo publicado a mediados de marzo. El sondeo revela que casi la mitad de quienes apoyaban a Trump abogaban por regularizar a los indocumentados. Ningún candidato republicano tenía más seguidores en contra de ofrecer papeles a los inmigrantes. Pero muchos de sus seguidores se pronunciaban a favor de algún tipo de regularización.

6. Un asunto esencial

La inmigración es el problema que más preocupa a los votantes de Trump. Los siguientes son el terrorismo, la delincuencia y la conflictividad racial. En ningún asunto es tan grande la brecha con los votantes de su adversaria demócrata. Sólo un 17% de los seguidores de Hillary Clinton consideran que la inmigración sea uno de los problemas más importantes en esta carrera presidencial.

La inmigración no es un asunto más para el candidato republicano y quizá por eso ha titubeado tanto en sus intervenciones de los últimos días. Sus palabras llegan tarde para convencer a la mayoría de los hispanos pero podrían ayudarle a mejorar su imagen entre los votantes blancos con estudios y entre las mujeres que se resisten a votar por él.