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GUÍA PARA COMPRENDER LA POLÍTICA EN AMÉRICA

María Ramírez

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Eduardo Suárez

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Eduardo Suárez

Qué se juega cada candidato este martes en New Hampshire

Febrero 08, 2016

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María Ramírez

Qué se juega cada candidato este martes en New Hampshire

 

Este martes republicanos, demócratas e independientes votan en las primarias de New Hampshire, un estado más blanco que la media de Estados Unidos (el 91% frente al 62% del país), más libertario y que en las elecciones presidenciales se considera swing state si bien en los últimos diez años ha votado más demócrata que republicano.

La media de las encuestas indica que ganarán Bernie Sanders y Donald Trump, pero los sondeos suelen tener dificultades para acertar aquí porque los votantes de New Hampshire tienden a decidir en los últimos días de campaña y el elevado porcentaje de independientes (casi la mitad de los votantes) complica aún más el proceso. Cuesta saber hasta en qué primarias votarán.

El simbolismo de New Hampshire, cuyas primarias cumplen ahora 100 años, igual que el de Iowa tiene más que ver con el juego de las expectativas que con el peso en el reparto de delegados para las convenciones. Sólo un aspirante ha llegado a candidato presidencial sin haber ganado en Iowa o New Hampshire: Bill Clinton. El camino que salga este año de aquí puede ser más largo y tortuoso en función de los resultados.

La media de las encuestas sobre los demócratas en New Hampshire, según Real Clear Politics.

La media de las encuestas sobre los demócratas en New Hampshire, según Real Clear Politics.

Bernie Sanders

El senador de Vermont es el favorito en este estado donde hay más votantes parecidos a su perfil: blancos y de izquierdas. Es su estado vecino y todos los sondeos predicen su victoria gracias a la movilización del voto joven y de los independientes. Ahora bien, su triunfo tiene que ser aplastante para que pueda continuar con legitimidad en las próximas elecciones, que serán más difíciles para él, sobre todo en estados con más afroamericanos e hispanos.

Sus fieles creen que es posible que el socialista de 74 años pueda batir a Hillary Clinton. “Todo el mundo decía que ira imposible que ganara Barack Obama en 2008”, dice Sarah Neville, una joven de Londonderry que también simpatiza con Marco Rubio por su novio puertorriqueño.

La falta de estructura y una estrategia más difícil de aquí en adelante puede ser suplida con entusiasmo y sobre todo con fondos. El nivel de recaudación de Sanders –20 millones de dólares en enero– le permite aguantar. El tipo de donaciones -27 dólares de media- hace que tenga mucho margen de crecimiento. Pero tiene que dar esperanza a sus seguidores con una gran victoria.

Hillary Clinton

“Lo esencial es que pierda por números que tengan un dígito”, me dice Lee Miringoff, director del Marist Institute de encuestas, durante un discurso de Bill Clinton en una escuela de Milford. Su victoria ajustada en Iowa ha aumentado las dudas sobre su fortaleza como candidata. Tiene los fondos, la experiencia ejecutiva, la celebridad y el factor histórico de poder convertirse en la primera mujer presidenta de Estados Unidos. Si Sanders arrasa habrá más dudas sobre la capacidad de Clinton para derrotar a su rival republicano en noviembre.

Carolina del Sur, Nevada y la mayoría de los estados del súper martes la favorecen, pero si aumentan las críticas sobre ella esto podría empujar a algún candidato más a presentarse para atraer a votantes demócratas decepcionados. Por ejemplo, Michael Bloomberg. El ex alcalde de Nueva York asegura que decidirá a principios de marzo si entra en la carrera presidencial.

Tanto ella como su marido tienen buenas experiencias con las sorpresas de New Hampshire. Una victoria o una derrota por la mínima sería un regalo para su campaña.

La media de las encuestas en New Hampshire, según Real Clear Politics.

La media de las encuestas en New Hampshire, según Real Clear Politics.

Donald Trump

“Trump tiene que ganar”, explica Miringoff, del Marist Institute. El empresario millonario neoyorquino decepcionó en Iowa con un segundo puesto muy justo, por detrás de Ted Cruz. El mensaje, básico, que repite Trump es que cualquier persona que no le siga es un “perdedor”. Su obsesión es tal que cualquier cosa que no sea ganar con claridad puede desinflar el entusiasmo por un candidato de frases cortas y con poca sustancia.

Las encuestas le dan un sólido 30% de intención de voto. Sus mítines suelen tener colas de horas a la puerta, pero una parte de quienes le escuchan siempre reconoce que sólo acude para ver “el show”, por curiosidad antropológica. En Iowa, no logró movilizar a los votantes que decían iban a apoyarle. Sus votantes son de alto riesgo, por ejemplo personas que nunca han participado en las primarias. En Iowa, según las encuestas a pie de urna, venció en este segmento.

Una victoria poco contundente también le podría perjudicar. Aun así, parte de los siguientes estados que celebran primarias y caucus, hacia el oeste y hacia el sur, tienen votantes menos conservadores que le pueden favorecer. El frente anti-Trump está movilizado pero para que sea efectivo tiene que haber menos candidatos que aglutinen más votos.

Marco Rubio

Las expectativas lo convirtieron en vencedor en Iowa con un tercer puesto, a dos millares de votos de distancia de Trump, el favorito hasta entonces. Después del empujón de los caucus, la repetición de la misma frase en el debate del sábado ha generado dudas sobre su preparación como candidato presidencial. Tiene mucha competencia con una batalla muy concurrida por el segundo puesto: le pueden ganar en votos tanto por el lado moderado de John Kasich y Jeb Bush como por el lado conservador de Ted Cruz. Tras las críticas por su actuación en el debate, un segundo puesto volvería ser una victoria tras la rebaja de las expectativas. Si queda tercero aún podría resistir, pero cualquier resultado por debajo sería un gran revés para su campaña.

Los próximos estados también le benefician por la mayor diversidad del electorado, el conservadurismo moderado que él defiende o el número de electores más jóvenes. En cualquier caso, necesita una victoria en Nevada y Carolina del Sur para demostrar que tiene el apoyo de su partido. Segundos o terceros puestos dejan de valer a partir de ahora.

John Kasich

El gobernador de Ohio tiene ahora su gran oportunidad de proponerse como alternativa del establishment a Trump. Su fuerza principal puede ser su capacidad para convencer a independientes y a republicanos no tan conservadores. Es moderado, le gusta a los demócratas (el New York Times lo apoya) y proviene de un estado clave en las presidenciales.

Un buen resultado sería un segundo puesto. Eso le permitiría seguir en la carrera al menos hasta que vote su estado, el 15 de marzo, un momento también clave para seguir siendo competitivo. Un buen resultado en New Hampshire, en cualquier caso, le daría posibilidades más allá de la carrera para número uno. Ya ha sonado como vicepresidente, en especial si el candidato es Rubio. Kasich lo complementaría con más edad (63 años frente a los 44 de Rubio), experiencia ejecutiva (cinco años de gobernador) y origen de uno de los dos estados clave en las presidenciales (el otro es Florida).

Ted Cruz

New Hampshire no es el lugar ideal para el senador de Texas. Hay menos votantes que se describen como “muy conservadores”, el segmento gracias al cual venció en Iowa. Ya que el panorama no es propicio para él, un tercer puesto también podría ser una victoria.

Parte de los estados del sur que votan el 1 de marzo le favorecen y puede encontrar el apoyo de suficientes delegados para continuar la carrera. Se juega poco en New Hampshire, pero mostrar un apoyo sustancial podría ayudarle a justificar que su base de apoyo no es tan pequeña ni está tan a la derecha del partido.

Jeb Bush

El ex gobernador de Florida repite que pase lo que pase seguirá adelante. Sus fondos y los apoyos de su familia le permiten continuar hasta al menos la celebración de las primarias de Florida el 15 de marzo. Pero los donantes, que ya se han quejado de su gasto desmesurado con pocos resultados, pueden perder la paciencia si Bush no consigue un buen resultado en un estado que en principio debería favorecerle.

La media de las encuestas lo colocan en un quinto puesto. Pero en las últimas horas parte de los votantes pueden estar moviéndose hacia su campo, según los sondeos internos de varios candidatos. En su caso, cualquier puesto más cerca de Trump podría servirle para vender una victoria y seguir con más fuerza.

Chris Christie

El gobernador de New Jersey tuvo un resultado nimio en Iowa. New Hampshire, estado propicio por cercanía y perfil de los votantes, es su última oportunidad de demostrar que puede ser una alternativa. Su acoso a Marco Rubio era una apuesta. Las primarias de este martes son el momento de examinar si esa estrategia le puede funcionar.

Si, en cambio, mantiene el sexto puesto que vaticina ahora la media de las encuestas para él, le será difícil convencer a donantes para que sigan financiando su campaña con pocas opciones.

    María Ramírez

    Reportera y analista política de Univision Noticias. Nació en Madrid en 1977 y estudió Periodismo en la Universidad de Columbia con una beca Fulbright. Trabajó durante 15 años como corresponsal de El Mundo (España) en Nueva York, Milán y Bruselas. Fundó la web de innovación periodística #nohacefaltapapel y el diario El Español. Colabora con NY1 Noticias. Es autora de La Carrera: Retrato de 10 candidatos cuyo ascenso marca el futuro de América (2012) y Marco Rubio y la hora de los hispanos (Debate, 2016). @mariaramirezny

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