La campaña de Trump intenta mirar hacia otro lado: “El discurso de Melania fue muy bueno”
Julio 19, 2016
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Tras una tumultuosa primera sesión de la convención republicana, la campaña de Donald Trump intenta mirar hacia otro lado. El jefe de campaña, Paul Manafort, defendió este martes la originalidad del contenido del discurso de Melania Trump, dijo no frecuentar los baños de la convención tras la denuncia de las amenazas a una delegada de Utah y aseguró desconocer los comentarios antisemitas en el canal de la campaña en YouTube.
Manafort, que fue contratado para poner orden y hacer una campaña más tradicional, habló ante la prensa este martes con tono de desgana. Después de unas pocas preguntas, una asesora cortó la sesión y él dijo repetidamente que no quería comentar más sobre la coincidencia de las frases pronunciadas por Melania Trump con las de Michelle Obama en la convención demócrata de 2008.
“Estamos seguros de que las palabras que Melania utilizó eran suyas”, dijo Manafort. “Creemos que el discurso de Melania Trump fue un gran discurso”. Según él, se trata del uso de “palabras comunes” y la polémica oculta el mensaje del que dijo “podría” ser el mejor discurso de esta convención republicana. Se quejó de que la esposa de Trump haya sido tratada injustamente e insinuó que ha sido así por el hecho de que el discurso lo diera una mujer.
Manafort no quiso aclarar si habrá consecuencias o alguien será despedido en la campaña.
Una campaña rara
Esta convención republicana es, de momento, una de las más raras en décadas. No asiste ningún ex presidente de Estados Unidos, el gobernador republicano del estado donde se celebra la convención se ha negado a acudir a la cita, el tono de los oradores es inusualmente agresivo, el enfrentamiento entre delegados casi llega a la violencia física y el candidato no quiere esperar al jueves para hablar.
Este lunes Trump apareció en el escenario en una bruma efectista para presentar a su mujer y volvió a salir al final. Este martes, presentará al líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, por teleconferencia desde Nueva York. El discurso de Trump, tras ser declarado candidato de manera oficial, está previsto para el jueves. Todavía no se sabe qué hará el miércoles.
Los objetivos de la campaña para esta convención son humanizar a Trump, atacar duramente a Hillary Clinton y mostrar que el partido está unido. El reto más difícil es este último.
Los gritos
El lunes por la tarde, delegados de nueve estados intentaron pedir un voto sobre las reglas de la convención para liberar el voto de modo que los partidarios de Ted Cruz, Marco Rubio o John Kasich, ya retirados, no estuvieran obligados a apoyar a Trump.
No consiguieron las firmas necesarias para que se aceptara la votación, pero los gritos de protesta resonaron en el estadio que acoge a la convención al principio de la tarde. Los gritos de “roll call vote” fueron acallados por los de “we want Trump“. Los gritos sucedieron en varios momentos, pero duraron unos segundos. Cuando dejaban de gritar, los delegados seguían con los planes habituales, como posar quietos para una foto gigante de familia o escuchar tranquilos la banda musical del momento.
Pero dos delegaciones, la de Colorado y la de Maine, se marcharon del piso y varios de sus delegados amenazan con no quedarse hasta el jueves. En los pasillos había nervios. La delegación de Florida recibió instrucciones de no comentar nada, ni a favor ni en contra, sobre los incidentes. Una delegada de Utah, uno de los estados rebeldes, aseguró que un grupo de partidarios de Trump la había amenazado de muerte en la puerta de un baño.
Manafort sólo dijo sobre esto que aunque sabe “muy bien” lo que pasa en la convención republicana, “todavía” no ha llegado a los baños.
Este martes, la campaña hace un nuevo intento de llevar la convención a un modelo más tradicional. La obsesión de Manafort es que los votantes conozcan a “Trump, el hombre” más allá de su personaje. Para ello, hablan de él sus hijos y varios empleados.
María Ramírez
Reportera y analista política de Univision Noticias. Nació en Madrid en 1977 y estudió Periodismo en la Universidad de Columbia con una beca Fulbright. Trabajó durante 15 años como corresponsal de El Mundo (España) en Nueva York, Milán y Bruselas. Fundó la web de innovación periodística #nohacefaltapapel y el diario El Español. Colabora con NY1 Noticias. Es autora de La Carrera: Retrato de 10 candidatos cuyo ascenso marca el futuro de América (2012) y Marco Rubio y la hora de los hispanos (Debate, 2016). @mariaramirezny