Así ha cambiado el apoyo a Hillary Clinton estado por estado desde 2008: los afroamericanos de Obama le dan ahora la victoria
Mayo 01, 2016
|
Las primarias demócratas se presentaban como un desfile triunfal para Hillary Clinton. Figuras de talla como Andrew Cuomo o Deval Patrick optaron por no lanzarse a la carrera y sus rivales eran un político retirado, dos gobernadores desconocidos fuera de sus estados y un senador socialista de Vermont.
Todos menos Lincoln Chafee aparecían en este artículo que publicó Ryan Lizza en el New Yorker en otoño de 2014, cuando los demócratas aún temían una carrera demasiado fácil que los republicanos pudieran denunciar como una coronación. Dos años después, muchos añoran ese escenario ahora que se vislumbra el final de las primarias y empiezan los preparativos de la convención.
Clinton ha sufrido para derrotar a su adversario, que se ha erigido en portavoz del descontento de la izquierda demócrata y de los jóvenes que no se fían de la candidata demócrata y que no ven ningún avance en llevar a una mujer al despacho oval.
Es imposible saber qué hubiera ocurrido si el portavoz de ese descontento hubiera sido un político más joven como Julian Castro o más carismático como Elizabeth Warren. ¿Habría perdido Clinton otra vez?
Es una pregunta que nunca podremos responder a ciencia cierta. Más sencillo es saber en qué estados ha mejorado Clinton con respecto a las primarias demócratas de 2008 y analizar cómo puede influir eso en la campaña que se avecina. Antes de abordar esos datos conviene recordar qué ocurrió hace ocho años y por qué a la favorita se le escapó la nominación.
Qué ocurrió en 2008
Entonces logró 272.809 votos más que Obama pero ganó 10 estados y 312 delegados menos y perdió la candidatura en la convención.
La irrupción de aquel joven senador arrebató la iniciativa a la maquinaria de los Clinton, que contaba con el triunfo en estados sureños como Georgia, Luisiana o Carolina del Sur. David Remnick describe muy bien en este extracto de su libro The Bridge la estrecha relación de la familia con los líderes afroamericanos de esos estados y la desconfianza con la que miraban a Obama, que venía de Hawai, Harvard y Chicago y cuya familia no había sufrido la experiencia de la segregación. Sobre la relación de los Clinton con los afroamericanos merece la pena leer también este otro artículo de NPR.
Todavía hoy muchos describen a Bill Clinton como el primer presidente negro por la soltura con la que se mueve en esa comunidad. Pero el ascenso de Obama dinamitó esa relación y condenó a la derrota a Hillary Clinton, que en enero de 2007 aún gozaba de 40 puntos de ventaja entre los negros con respecto a su joven adversario, que la rebasó unos días después según las cifras de los sondeos del Washington Post.
El triunfo de Obama se explica por el respaldo de millones de jóvenes pero también por ese giro de los afroamericanos de los estados sureños que más habían sufrido la segregación racial. Los pastores y los líderes de los derechos civiles de esos estados abandonaron entonces a los Clinton para cumplir el sueño de elegir al primer presidente negro. ¿Recobraría Clinton su apoyo en 2016?
Dónde mejoró Clinton en 2016
Mi objetivo era analizar el porcentaje de voto que había separado a Hillary Clinton de su adversario en cada estado durante las primarias demócratas de 2008 y compararlo con el que la había separado de Bernie Sanders en 2016. Para ello recogí la diferencia de voto entre Obama y Clinton en cada estado y la comparé con la que ha habido hasta ahora entre los dos candidatos demócratas de 2016.
El fruto de ese análisis es este mapa, que muestra en azul oscuro los estados donde la candidata ha mejorado y en colores verdosos aquéllos donde ha sacado iguales o peores resultados que en 2008.
El mapa atestigua que lo que separa la Clinton de 2016 de la de 2008 es su éxito en los estados con más porcentaje de población afroamericana. El caso más llamativo es Mississippi, donde perdió por 24 puntos con Obama hace ocho años y donde ahora batió a Sanders por 66. Pero las cifras son similares en Alabama, Georgia, Luisiana, Maryland o Carolina del Sur, donde la candidata demócrata ha ido construyendo la mayoría que muy pronto le dará la nominación.
El impacto del voto afroamericano en el triunfo de Clinton es aún más llamativo si se compara el mapa anterior con este otro que presenta el porcentaje de población afroamericana de cada estado.
Allí donde viven más afroamericanos Clinton mejoró más sus cifras con respecto a 2008. El discurso de Sanders nunca logró conectar con ellos pese a sus referencias a la pobreza y a la desigualdad. Estos son los estados con más población negra ordenados según su porcentaje.
Los estados de ese gráfico son los mismos que los de este otro salvo Illinois, el estado natal de Obama donde Clinton perdió por 32 puntos en 2008 y ganó por la mínima en 2016.
Por supuesto, es imposible atribuir por entero a los afroamericanos el triunfo de Clinton en esos estados. Factores como los debates televisados o la propia dinámica de la campaña tuvieron una influencia distinta en cada una de esas citas electorales. No todos en la comunidad negra votan por los mismos motivos y sólo una minoría vota en las primarias demócratas. Pero las cifras señalan un patrón que merece la pena señalar.
El análisis de los resultados por estado arroja otras preguntas interesantes. Clinton ganó por 55 puntos hace ocho años y perdió por uno en 2016. ¿Tuvo que ver su triunfo de 2008 con el rechazo de la clase obrera blanca a un candidato negro? Un movimiento similar se aprecia en lugares tan distintos como Utah, Rhode Island y Oklahoma y podría ser el fruto de otros factores que no he analizado aquí.
Clinton necesita reconstruir la alianza de votantes que llevó al triunfo a Obama en 2008 y en 2012. La probable elección de Trump movilizará a los hispanos en noviembre. Menos evidente es el respaldo de los jóvenes que hoy apoyan a Sanders: muchos dicen que no votarán por Clinton, como expliqué aquí.
Esas dudas hacen que el respaldo de los afroamericanos sea aún más importante para la candidata demócrata, que por ahora ha atraído a las urnas a menos votantes negros que Obama hace ocho años.
Los estados sureños no suelen estar entre los que deciden el ganador de la carrera presidencial. Pero sí estados como Florida, Virginia o Carolina del Norte, donde los afroamericanos pueden influir en una derrota de Donald Trump. Clinton debe ahondar en el esfuerzo por registrar al mayor número posible de votantes afroamericanos y reclutar en otoño al presidente Obama, que aún es el líder más popular entre esa comunidad.
Eduardo Suárez
Eduardo Suárez (León, 1979) ha ejercido como corresponsal del diario ‘El Mundo’ en Londres, Bruselas y Nueva York y es creador junto a María Ramírez de la web de innovación periodística #nohacefaltapapel. Licenciado en Periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca, ha cubierto diversos procesos electorales y ha entrevistado a líderes como Marco Rubio, Tony Blair o Gordon Brown. En 2011 asumió la corresponsalía del diario en Estados Unidos, donde cubrió las elecciones presidenciales de 2012 y el atentado contra el maratón de Boston y donde escribió decenas de historias sobre ciencia, cultura e innovación. Ha ejercido como comentarista en programas de canales como CNN, Univision, BBC, NY1 Noticias o Sky News. Es autor de los libros ‘La carrera’ (2012), ‘El rastro del Exxon Valdez’ (2014) y ‘Marco Rubio y la hora de los hispanos’ (2016). Ganó el Premio Internacional García Márquez al mejor texto de 2014 con un reportaje en Alaska sobre el Exxon Valdez. @eduardosuarez