¿Qué ocurrirá ahora con Marco Rubio? Sus cuatro opciones después de abandonar la carrera presidencial
Marzo 16, 2016
|Marco Rubio abandonó la carrera presidencial en un vestíbulo de la Florida International University: muy cerca de las aulas donde imparte sus clases un día a la semana y a tan sólo unos metros del obelisco levantado por el exilio cubano para recordar a las víctimas del régimen de Fidel Castro.
Rubio pronunció uno de sus mejores discursos. Presentó su derrota como el fruto de un tsunami político, advirtió contra el discurso del odio y pidió a los ciudadanos que no se rindan al miedo ni a la frustración.
El senador se va por los errores de cálculo de su campaña. Pero sobre todo porque la irrupción en escena de Donald Trump puso el foco de la campaña sobre el punto débil de su carrera: sus bandazos sobre la inmigración.
En este artículo expliqué en detalle alguno de esos bandazos, fruto de la cobardía del candidato pero también del sistema político. Según todas las firmas de encuestas, la mayoría de los votantes republicanos están a favor de una reforma que regularice la situación de millones de indocumentados. Pero la amenaza de una minoría radical hace imposible defender esa reforma a ningún republicano que quiera llegar a la Casa Blanca. Rubio habló a menudo de la seguridad en la frontera pero nunca defendió en campaña el proyecto de reforma migratoria que ayudó a aprobar en el Senado. Al despedirse, sí hizo una referencia a la inmigración.
La pregunta ahora es qué ocurrirá con Rubio. ¿Dejará la política para siempre? ¿Se lanzará a otra campaña dentro de unos meses? ¿Lo repescará alguno de los candidatos como aspirante a vicepresidente? Estas son las cuatro opciones más evidentes para el senador hispano.
1. Aspirar a la vicepresidencia.
El nombre de Rubio ya lo barajó Mitt Romney en 2012 como posible aspirante a la vicepresidencia. La encargada de someter a un examen a los candidatos fue la abogada Beth Myers, que utilizaba nombres en clave al hablar con Romney sobre el proceso: Paul Ryan era ‘Fishconsin’ (un juego de palabras con su estado), Chris Christie era ‘Pufferfish’ (pez globo) y Marco Rubio era ‘Pescado’, en español.
Entonces Rubio parecía la elección ideal para Romney, que necesitaba ganar votos de la comunidad hispana después de unas primarias donde había abrazado una retórica muy dura sobre inmigración. Pero el candidato optó al final por elegir a Ryan, quizá porque el joven senador apenas llevaba un año y medio en el Senado y tenía amistades peligrosas y algunos detalles difíciles de explicar.
Esta vez Rubio tiene un problema distinto: Donald Trump, que se perfila como candidato después de sus triunfos en Florida, Missouri, Illinois y Carolina del Norte. Se antoja improbable que Trump opte por el senador hispano como aspirante a la vicepresidencia y aún más improbable que Rubio acepte un ofrecimiento así.
Los candidatos suelen escoger en el ‘ticket’ a una persona que complemente sus aptitudes y que cubra alguno de sus puntos débiles. Lo lógico es que Trump escoja a un profesional de la política con cierta experiencia como Chris Christie. Un gobernador o un senador veterano que alivie los temores de quienes no se atreven a votar por él.
Rubio sí podría aspirar a la vicepresidencia si Trump no llegara a 1.237 delegados y la candidatura republicana se decidiera en una convención abierta. Tanto Ted Cruz como John Kasich podrían echar mano de su talento como orador. También candidatos de consenso como Mitt Romney, Paul Ryan o Condoleezza Rice. Pero hoy por hoy son hipótesis muy poco probables. Todo apunta en direccción a Trump.
2. Presentarse por libre ahora a la Casa Blanca.
La agresividad de Trump y su debilidad en los sondeos contra Hillary Clinton han disparado los rumores sobre un candidato conservador que compita por libre contra los dos. Este artículo de ‘Politico’ ofrece algunos detalles sobre esa posibilidad, que han empezado a evaluar algunos donantes republicanos asustados por la deriva de Trump.
Esta tabla que publica ‘FiveThirtyEight’ refleja la insatisfacción de muchos republicanos con la candidatura del millonario neoyorquino e indica que un porcentaje notable de los republicanos apoyaría a un tercer candidato en noviembre.
¿Podría ser Rubio ese candidato? No parece factible porque no ha sido el último superviviente de la carrera y porque lanzar una campaña por libre requiere unos recursos que hoy por hoy no están a su alcance. Por otra parte, Trump empieza a recibir el respaldo de algunos políticos republicanos y este martes habló por teléfono con Mitch McConnell, líder de la mayoría en el Senado. Son síntomas que indican que la dirección republicana empieza a resignarse a Trump.
3. Dar marcha atrás y conservar su escaño.
Rubio anunció en 2015 que no se presentaría a la reelección en el Senado el mismo año en que competía por la Casa Blanca. Es un dilema que siempre afrontan los senadores que se lanzan a la carrera presidencial y que no siempre resuelven de la misma forma: el libertario Rand Paul, en cambio, se presentó a los dos cargos en 2016.
¿Podría Rubio dar marcha atrás ahora e intentar conservar su escaño en el Senado? Las normas de su estado no se lo impiden: hasta el 24 de junio no se cierra el plazo para presentar las candidaturas. Otra cosa es hasta qué punto quedaría bien dar marcha atrás a estas alturas de la carrera y qué probabilidades tendría de ganar. Hoy el congresista David Jolly lidera todos los sondeos y la derrota de Rubio contra Trump en Florida no parece una buena carta de presentación.
4. Presentarse a gobernador en 2018.
El paso más evidente para Rubio es lanzarse a la carrera por suceder a Rick Scott en 2018 y adquirir así una experiencia de gestión que podría ayudarle en una segunda carrera presidencial. El problema para Rubio es que no sería una carrera fácil como explica aquí Adam Smith, reportero político del ‘Tampa Bay Times’.
Hoy todos dan por hecho que el favorito republicano es Adam Putnam, que ejerce como comisionado de Agricultura desde 2011. Pero figuras como Will Weatherford han insinuado que podrían presentarse. También la fiscal general del estado Pam Bondi, que este lunes anunció por sorpresa y con gran oportunismo su apoyo a Donald Trump.
Uno de los demócratas que mejor conoce a Rubio es Raúl Martínez, que ejerció como alcalde de Hialeah durante décadas y lo trató durante sus años en Tallahassee antes de enemistarse con él. En agosto del año pasado y mientras escribía este libro, Martínez me dijo unas frases sobre Rubio que ahora merece la pena recordar:
“Marco no se postula porque quiera ganar sino porque quiere ser millonario. Es un cobarde y un político sin espina dorsal. Cuando Marco deja de ser ‘speaker’, no tiene adónde ir. Se le iba a acabar el dinero que estaba ganando porque a esos bufetes de abogados tú les sirves por un tiempo pero luego les dejas de servir. Entonces se presenta al Senado, encuentra cómo dividir el voto de Charlie Crist y gana. Desde entonces tiene una de las peores hojas de servicio como senador pero ha escrito dos libros con los que ha pagado sus deudas. Estoy seguro de que Marco ha hecho el cálculo. Ahora pierde y se queda dos años fuera. Luego uno de estos millonarios judíos como Norman Braman o Sheldon Adelson le pone un sueldo de uno o dos millones de dólares y se presenta en 2018 ya como millonario a gobernador”.
Eduardo Suárez
Eduardo Suárez (León, 1979) ha ejercido como corresponsal del diario ‘El Mundo’ en Londres, Bruselas y Nueva York y es creador junto a María Ramírez de la web de innovación periodística #nohacefaltapapel. Licenciado en Periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca, ha cubierto diversos procesos electorales y ha entrevistado a líderes como Marco Rubio, Tony Blair o Gordon Brown. En 2011 asumió la corresponsalía del diario en Estados Unidos, donde cubrió las elecciones presidenciales de 2012 y el atentado contra el maratón de Boston y donde escribió decenas de historias sobre ciencia, cultura e innovación. Ha ejercido como comentarista en programas de canales como CNN, Univision, BBC, NY1 Noticias o Sky News. Es autor de los libros ‘La carrera’ (2012), ‘El rastro del Exxon Valdez’ (2014) y ‘Marco Rubio y la hora de los hispanos’ (2016). Ganó el Premio Internacional García Márquez al mejor texto de 2014 con un reportaje en Alaska sobre el Exxon Valdez. @eduardosuarez