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GUÍA PARA COMPRENDER LA POLÍTICA EN AMÉRICA

María Ramírez

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Eduardo Suárez

GUÍA PARA COMPRENDER LA POLÍTICA EN AMÉRICA

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Eduardo Suárez

No todo será tan fácil como en New Hampshire: los cinco puntos débiles de Donald Trump

Febrero 10, 2016

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Eduardo Suárez

El triunfo de Donald Trump en las primarias republicanas de New Hampshire ha asustado al establishment republicano, que percibe como una amenaza su retórica populista sobre el terrorismo y la inmigración. Ese antagonismo juega a favor de Trump, que se presenta como el único candidato que no le debe nada a los grandes donantes y como el único capaz de terminar con el bloqueo político que azota Washington desde el triunfo republicano en las elecciones de mitad de mandato de 2010.

Ese bloqueo político es el fruto de la polarización ideológica de demócratas y republicanos, que no encaja con un sistema diseñado para limitar los poderes del  presidente y obligarle a pactar con la oposición. Durante años esos pactos fueron posibles porque los partidos eran coaliciones heterogéneas: había demócratas sureños muy conservadores y republicanos muy a la izquierda de su partido en economía o política social.

Hoy demócratas y republicanos son mucho más homogéneos. Un detalle que complica cualquier acuerdo sobre política doméstica y que potencia la impresión de impotencia de los ciudadanos en un entorno adverso en el que apenas suben los salarios de la clase media y en el que se disparan los beneficios de Wall Street.

Este contexto ayuda a comprender por qué Trump salió este martes al escenario sobre los acordes de ‘Revolution’ de los Beatles y por qué su discurso ha seducido a un estado independiente y sofisticado como New Hampshire. Aquí arrasó Mitt Romney en 2012 y ganó dos veces el moderado John McCain. ¿Cómo pudo ganar aquí Trump?

“Los políticos profesionales hablan mucho pero no hacen nada. Lo único que les importa es su reelección”, me decía al final del acto el ingeniero Mark Glunts, que vive en el estado vecino de Massachusetts y se ha encargado del sonido en todos los mítines de Trump.

El razonamiento de Glunts es importante para comprender por qué triunfa el millonario neoyorquino: “Trump es el único capaz de arreglar las cosas. Hace cuatro años voté por Romney y creo que Bill Clinton fue un gran presidente. Tengo amigos a los que les asusta Trump por las cosas que leen en los medios pero no es tan extremo como parece. A veces uno debe exagerar para llamar la atención sobre los problemas. Yo confío en él y creo que tiene un plan para resolver los problemas aunque no lo comunique tan bien como otros políticos. Esos políticos hablan bien pero luego no hacen nada”.

El triunfo de New Hampshire es un paso adelante para Trump pero el candidato tiene algunos puntos débiles que podrían abortar su marcha hacia la nominación. A continuación analizo los más relevantes. Los datos de los gráficos están sacados del sondeo a pie de urna publicado por medios como el ‘New York Times’ o la CNN.

1. Despierta dudas entre los votantes más formados.

Trump atrajo en New Hampshire más apoyos entre las personas sin estudios universitarios (46%) que entre quienes se han graduado en la universidad (32%). Eso podría ser una ventaja para sus rivales en estados como Ohio o Florida y podría frenar su carrera presidencial. Trump arrasa entre los ciudadanos que dejaron los estudios muy pronto y entre quienes tienen menos ingresos, que valoran su lenguaje autoritario más que otros grupos de población.

2. La experiencia todavía importa.

La mitad de los votantes de New Hampshire buscaban un político experimentado y la otra mitad un ‘outsider’ capaz de hacer una revolución. Esta cifra no es una buena noticia para Trump, que ha construido su discurso en torno a su perfil de líder ajeno a la política y que nunca ha sido elegido para ningún cargo antes de 2016.

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Los resultados son muy distintos entre quienes buscan un ‘outsider’ y entre quienes valoran la experiencia en un candidato. Entre los primeros, arrasó Trump y ningún candidato logró hacerle sombra.

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Entre los segundos, Rubio, Bush y Kasich quedaron por delante de él. Estas cifras son un síntoma de que puede ser vulnerable a medida que la carrera presidencial se mueva a otros estados donde cuente menos la frescura que la preparación.

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3. No conecta con los valores de muchos republicanos.

El triunfo de Trump en New Hampshire fue inapelable entre los votantes más preocupados por el terrorismo o la economía. Pero no entre quienes que buscaban un candidato en el que vieran reflejados sus propios valores. Ese segmento de la población es pequeño en New Hampshire pero puede ser un problema para Trump en Carolina del Sur y en los estados sureños del Super-Martes, donde Cruz y Rubio intentarán presentarlo como un neoyorquino que hizo donaciones a los Clinton, está a favor del aborto y de la Sanidad universal.

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4. No todos defienden su política de inmigración.

Dos tercios de los votantes de New Hampshire se pronunciaron a favor de prohibir la entrada de musulmanes en Estados Unidos. La cifra refleja hasta qué punto ha calado el mensaje xenófobo del millonario neoyorquino pero no concuerda con otro dato que puede ser un problema para Trump.

Un 56% de los republicanos que votaron este martes están a favor de legalizar la situación de los inmigrantes indocumentados. Esa cifra concuerda con lo que dicen los sondeos nacionales y abren una vía para un candidato como Marco Rubio o Jeb Bush.

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5. Por ahora no ha recibido casi ataques. 

Hasta ahora Trump se ha beneficiado de un hecho insólito: sus rivales han optado por criticarse unos a otros en lugar de disparar contra el aspirante que lidera los sondeos. Esta estrategia es el fruto de las circunstancias de algunos candidatos. Rubio necesita destruir a Bush antes de las primarias de Florida y Cruz necesita destruir a Rubio para que las elites republicanas le tomen en serio como alternativa a Trump.

El millonario neoyorquino sólo ha sido el objetivo del 18% de los anuncios negativos que se han emitido durante la campaña y apenas ha recibido ataques durante los debates. Este escenario empezará a cambiar en los próximos días pero no tiene por qué minar el respaldo de Trump. Al fin y al cabo, sus votantes pueden interpretar esas críticas como una prueba más de que el sistema lo quiere eliminar.

    Eduardo Suárez

    Eduardo Suárez (León, 1979) ha ejercido como corresponsal del diario ‘El Mundo’ en Londres, Bruselas y Nueva York y es creador junto a María Ramírez de la web de innovación periodística #nohacefaltapapel. Licenciado en Periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca, ha cubierto diversos procesos electorales y ha entrevistado a líderes como Marco Rubio, Tony Blair o Gordon Brown. En 2011 asumió la corresponsalía del diario en Estados Unidos, donde cubrió las elecciones presidenciales de 2012 y el atentado contra el maratón de Boston y donde escribió decenas de historias sobre ciencia, cultura e innovación. Ha ejercido como comentarista en programas de canales como CNN, Univision, BBC, NY1 Noticias o Sky News. Es autor de los libros ‘La carrera’ (2012), ‘El rastro del Exxon Valdez’ (2014) y ‘Marco Rubio y la hora de los hispanos’ (2016). Ganó el Premio Internacional García Márquez al mejor texto de 2014 con un reportaje en Alaska sobre el Exxon Valdez. @eduardosuarez

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