Las tres campañas que resucitaron en Carolina del Sur
Febrero 20, 2016
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En los ciclos de primarias, Carolina del Sur suele ser la primera parada que se parece más a lo que es Estados Unidos. Tiene una población más variada en razas, edades, religiones y riqueza que Iowa y New Hampshire. A menudo ha sido el momento en que las campañas de los vencedores han resucitado o han conseguido el impulso necesario para coronar la nominación. Históricamente, siempre ha sido más importante para los republicanos: desde 1980, sólo en una ocasión (en 2012) el ganador en Carolina del Sur no ha sido el candidato republicano elegido al final del proceso. Para los demócratas, ha cobrado más relevancia en los últimos años.
Aquí, tres ejemplos de candidatos que consiguieron victorias clave.
Barack Obama (2008)
Había sido una semana turbulenta. La más dura hasta entonces en la que sería la lucha más intensa en la historia del partido demócrata. Hillary Clinton había ganado en New Hampshire y en Nevada y su marido atacaba sin tregua al rival. Pero los mensajes negativos, tan habituales en estas primarias, se volvieron en contra de los Clinton y Obama ganó por casi 30 puntos con un discurso optimista. La campaña de Obama hasta abrió una línea telefónica especial para que los votantes denunciaran “trucos sucios” en anuncios o propaganda electoral.
Ya había demostrado que podía ganar entre votantes mayoritariamente blancos como los de Iowa, pero Obama fue un paso más ante un electorado blanco aún más difícil. En Carolina del Sur, donde las divisiones raciales son más fuertes, logró casi tantos votos como Clinton entre los hombres blancos, el segmento más difícil para un afroamericano. A la vez, movilizó a votantes que habían abandonado a los demócratas o no habían votado nunca. Anuló por completo a John Edwards, nativo de este estado y que había ganado aquí cuatro años antes. Votaron unas 530.000 personas, un récord y 100.000 más que en las primarias republicanas una semana antes. La mitad de los votantes fueron afroamericanos.
Pero Obama cautivaba entonces con su mensaje de unidad. “En mis viajes en este estado en el último año no he visto la Carolina del Sur blanca y la Carolina del Sur negra. He visto a Carolina del Sur”, dijo en su discurso de la victoria aquel 26 de enero de 2008. “Los cínicos que pensaban que lo que empezamos en las nieves de Iowa era sólo una ilusión han escuchado una historia diferente de la buena gente de Carolina del Sur”, decía Obama. Sus seguidores coreaban “Yes, we can, yes, we can“.
George W. Bush (2000)
Cuando hacía campaña para ser presidente en 2008, en Carolina Sur John McCain todavía escuchaba a votantes que se le acercaban para pedirle perdón por “lo que había pasado” en sus primarias ocho años antes. En 2000, fue víctima de una campaña de llamadas a votantes con declaraciones falsas sobre él, entre otras que su hija adoptada, Bridget, era producto de una relación adúltera con una afroamericana. En la campaña de 2008, algunos iban a disculparse ante Bridget, que entonces tenía 16 años.
En 2000, los votantes recibían llamadas de supuestos encuestadores con presupuestos falsos, lo que se denomina “push polling“. Así, una pregunta era: “¿Sería más o menos probable que votaras por McCain si supieras que tiene una hija negra ilegítima?”
Es difícil saber cómo de decisivos fueron los mensajes negativos contra McCain, pero su resultado en 2000 dejó tocada la campaña. Después de la derrota de New Hampshire, Carolina del Sur fue el trampolín para George W. Bush: ganó por 11 puntos. El estado sureño era una buena oportunidad para demostrar que tenía atractivo para votantes que no sólo fueran republicanos porque en sus primarias votaban también independientes. Pero el principal apoyo de Bush vino de los más conservadores y religiosos. Sin ellos, no habría ganado las primarias y su camino hacia la nominación tal vez habría sido diferente.
Esta semana, George W. volvió a Carolina del Sur para hacer campaña por su hermano Jeb. En su discurso, el ex presidente Bush dijo sobre el estado: “Tengo muchos buenos recuerdos”. Bush citó la anécdota de una mañana en que estaba desayunando bacon en la casa del jamón de Greenville y un miembro de la asociación PETA que estaba protestando le puso una montaña de estiércol en la puerta para que no saliera. “Era una señal de lo que venía. Pero os voy a decir una cosa sobre la casa del jamón. Ni una montaña humeante de estiércol puede arruinar su buen bacon”.
Bill Clinton (1992)
Hace unas semanas, Bill Clinton bromeaba en New Hampshire con que “el perro sigue vivo”. Se refería a su famosa frase en 1992 de que lucharía hasta que muriera “el último perro”. Es cierto que su campaña empezó a despegar después de quedar en un segundo puesto en New Hampshire, pero su primera gran victoria fue en Carolina del Sur. Venció por más de 40 puntos a Paul Tsongas, ex senador de Massachusetts y ajeno a la cultura sureña, igual que Tom Harkin, senador de Iowa.
Clinton había ganado unos días antes también en Georgia, pero la variedad de la población y el impacto de Carolina del Sur iniciaba el ascenso hacia su dominio en el súper martes, donde Clinton arrasó. Entre New Hampshire y Carolina del Sur, los caucus y primarias del partido por todo el país habían dado un resultado muy fragmentado y más victorias para Tsongas. Como Obama, y a diferencia de lo que haría él mismo 16 años después, su principal mensaje pretendía ser positivo: “Un lugar llamado Esperanza”.
María Ramírez
Reportera y analista política de Univision Noticias. Nació en Madrid en 1977 y estudió Periodismo en la Universidad de Columbia con una beca Fulbright. Trabajó durante 15 años como corresponsal de El Mundo (España) en Nueva York, Milán y Bruselas. Fundó la web de innovación periodística #nohacefaltapapel y el diario El Español. Colabora con NY1 Noticias. Es autora de La Carrera: Retrato de 10 candidatos cuyo ascenso marca el futuro de América (2012) y Marco Rubio y la hora de los hispanos (Debate, 2016). @mariaramirezny