La campaña republicana más sorprendente: Donald Trump (también) es un populista de izquierdas
Mayo 23, 2016
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La campaña de 2016 ha desafiado la historia electoral estadounidense. El candidato republicano en particular no encaja en la trayectoria de su partido de las últimas décadas.
En 2004, se identificaba como demócrata y estuvo años registrado con ese partido, al que donaba habitualmente fondos. Sólo en 2012 volvió a ser oficialmente republicano. Pero ya no se trata de que Donald Trump defienda la seguridad social, muestre poco interés en la religión o respalde la acción de Planned Parenhood, posiciones chocantes para un republicano. Trump va más allá: sostiene argumentos que están a la izquierda de los actuales demócratas y cerca del populismo de algunos países europeos y latinoamericanos como España, Grecia o Venezuela.
Sus posiciones más llamativas para un republicano en Estados Unidos lo empujan hacia políticos más a la izquierda de demócratas como Hillary Clinton o Barack Obama.
Está en contra del libre comercio.
Uno de los mensajes en los que Trump ha insistido más desde el principio de su campaña ha sido la crítica al libre comercio, una de las bases esenciales del capitalismo y también una de las políticas que tradicionalmente atacaban los demócratas más a la izquierda.
Una de sus primeras propuestas electorales fue renegociar o romper con NAFTA, el acuerdo de libre comercio de Estados Unidos, Canadá y México que acordó George H.W. Bush y firmó Bill Clinton. Más republicanos que demócratas apoyaron aquel pacto.
Trump también está en contra del acuerdo que negocia Estados Unidos con la Unión Europea, posición que comparte con partidos de izquierdas en Europa como Podemos, en España, sindicatos, organizaciones medioambientales y algunos demócratas como Bernie Sanders.
“Los acuerdos comerciales no son buenos para nosotros ni para nuestros trabajadores”, dice Trump.
Su posición entronca con el proteccionismo de finales del siglo XIX en Estados Unidos y con las ideas que han seguido manteniendo una parte de los demócratas en contra del apoyo de John F. Kennedy o Bill Clinton al libre comercio. En ocasiones, las protestas contra el comercio y la globalización han sido violentas, como sucedió en Seattle en 1999 o en Génova en 2001. Aquellos mensajes son similares a los que se podían leer y escuchar también en las concentraciones de Occupy Wall Street en 2011 y 2012. Las palabras contra los tratados comerciales eran también habituales en los discursos del fallecido líder venezolano Hugo Chávez.
Critica la OTAN y no quiere que EEUU sea el policía del mundo.
“La OTAN está obsoleta y es extremadamente cara para Estados Unidos, de manera desproporcionada”, asegura Trump. Propone cerrar bases militares e incluso la disolución de la organización tal y como está ahora con una nueva alianza con otros países. Va más lejos que algunos partidos de izquierdas europeos críticos con la organización.
Trump no quiere que Estados Unidos siga siendo “el policía del mundo” y propone, por ejemplo, que Corea del Sur y Japón “se protejan a sí mismos” mientras Estados Unidos se repliega. Ha prometido reducir el gasto militar, algo opuesto a la mayoría de sus colegas republicanos y que comparten sólo los demócratas más a la izquierda. También cree que Estados Unidos tiene que dar un paso atrás en Oriente Próximo y no tiene interés por negociar entre palestinos e israelíes. Llegó a decir que sería “neutral” en el conflicto.
“La razón por la que estamos en Oriente Próximo es por el petróleo y de repente nos estamos dando cuenta de que hay menos razones para estar ahí ahora”, dice Trump. Sostiene que cualquier país que quiera la protección de Estados Unidos tiene que pagar por ella.
La defensa del repliegue estadounidense en el mundo se parece a la política exterior que defiende también Bernie Sanders, que, como Trump, presume a menudo de su oposición a la guerra de Irak.
Propone suspender pagos y no preocuparse del déficit.
Una de las propuestas más sorprendentes para un republicano es la que hizo Trump a principios de mayo defendiendo la posibilidad de que Estados Unidos declare impago de la deuda. Algunos expertos creen que tal vez Trump confundió el concepto de “refinanciación” con el de “renegociación” de la deuda. En cualquier caso, su posición es muy insólita para cualquier candidato y aún más si es republicano.
Es difícil encontrar propuestas de impago de deuda incluso entre los izquierdistas más radicales. El impago de la deuda es algo que propuso el partido de izquierdas Syriza en Grecia y sobre lo que luego rectificó.
Su posición de no hay que preocuparse del déficit y dedicarse a “imprimir dinero” también contrasta con lo que han sostenido los republicanos hasta ahora. Pocos políticos demócratas se han atrevido a decirlo tan abiertamente. La posición de Trump en política monetaria está así cerca de la de Paul Krugman, economista y columnista del New York Times que ha sido crítico con el presidente Obama por no estar suficientemente a la izquierda. Además, Trump implica que debe existir una interferencia directa política en las acciones de la Reserva Federal en contra de la independencia defendida por los republicanos.
Ataca a los millonarios de Wall Street.
Trump reconoce que está de acuerdo con Bernie Sanders en sus críticas a los millonarios y a la influencia que tienen en el proceso político.
Más allá de la retórica, los inversores empiezan a temer que las palabras del republicano puedan convertirse en políticas contra el sector financiero si algún día llega a presidente. Un republicano a la izquierda de demócratas como Hillary Clinton. Pese a que ése es el ambiente en que ha crecido, Trump dice ahora cosas como que los banqueros “han quedado libres después de un asesinato“. Ataca a Clinton diciendo que “está controlada por Wall Street”.
La crítica a los banqueros está en el corazón de Occupy Wall Street y los movimientos políticos que surgieron después por todo el mundo en esta línea durante la crisis.
El mensaje contra los banqueros o inversores de Wall Street es popular entre los trabajadores con menos estudios o parte de los votantes de las zonas rurales, donde Trump puede conseguir más votos que Clinton en las elecciones presidenciales, incluso atrayendo a antiguos demócratas. O a seguidores de Bernie Sanders.
En las últimas semanas, el candidato republicano ha pasado de llamar a Sanders “loco” a decir que le imitará. “Debería presentarse como independiente”, sugiere Trump. “Bernie Sanders tiene un mensaje interesante. Voy a hablar de muchas de las cosas que ha dicho Bernie y a usarlas”.
María Ramírez
Reportera y analista política de Univision Noticias. Nació en Madrid en 1977 y estudió Periodismo en la Universidad de Columbia con una beca Fulbright. Trabajó durante 15 años como corresponsal de El Mundo (España) en Nueva York, Milán y Bruselas. Fundó la web de innovación periodística #nohacefaltapapel y el diario El Español. Colabora con NY1 Noticias. Es autora de La Carrera: Retrato de 10 candidatos cuyo ascenso marca el futuro de América (2012) y Marco Rubio y la hora de los hispanos (Debate, 2016). @mariaramirezny