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GUÍA PARA COMPRENDER LA POLÍTICA EN AMÉRICA

María Ramírez

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Eduardo Suárez

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Las convenciones de Hillary: desde la republicana de 1968 hasta la más difícil

Julio 24, 2016

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María Ramírez

Las convenciones de Hillary: desde la republicana de 1968 hasta la más difícil

La primera convención a la que asistió Hillary Clinton fue una republicana cuando tenía 20 años. En 1996, se subió por primera vez al escenario de una. Este jueves debuta en Filadelfia en el papel que lleva décadas soñando.

Su primera vez fue en 1968, en Miami, cuando aún no podía votar y cuando trabajaba para el perdedor de aquellas primarias republicanas, el gobernador de Nueva York Nelson Rockefeller. Había trabajado aquel verano como becaria de un congresista republicano y la habían invitado a la que para ella era una experiencia muy nueva.

“Fue mi primer acercamiento a la política de verdad. La semana me pareció irreal y desconcertante”, cuenta Clinton en su autobiografía Living History. Para ella, era algo más que discurso. Tenía 20 años y era la primera vez que se quedaba en un hotel. Fue en el Fontainebleau de Miami Beach y allí pidió su primer servicio de habitaciones: melocotones y cereales para desayunar.

En su primera convención, saludó a Frank Sinatra y bajó en el ascensor con John Wayne, “que se quejó todo el trayecto hacia abajo de la mala comida que había arriba”. También fueron los días que completaron su decepción del partido republicano, al que pertenecía igual que su padre, muy conservador. Clinton se desilusionó al ver el ascenso de Richard Nixon y cómo los suyos trataban a Rockefeller. Dice que el partido cambió entonces. “A veces pienso que no dejé el partido republicano, sino que él me dejó a mí”, escribía Clinton en el libro publicado en 2003.

Hillary Clinton en Wellesley College, cuando acudió a sus primeras convenciones./Wellesley College

Hillary Clinton en Wellesley College, cuando acudió a sus primeras convenciones./Wellesley College

Las groserías de Chicago

Ese mismo año vio la convención demócrata en Chicago, su casa, pero desde fuera. Una amiga la convenció para ir a ver las manifestaciones. Las dos engañaron a sus padres diciendo que iban al cine en lugar de a Grant Park, el parque de Chicago donde se concentraban las protestas.

“Podías oler el gas antes de ver las líneas de la policía. En la multitud, alguien gritaba groserías y tiró una piedra que casi nos dio. Betsey y yo luchamos por huir de la policía que cargaba con sus palos contra la muchedumbre”, contaba Clinton, que dice se quedó “impresionada” con la “brutalidad policial” que no podía ni imaginar en su vida tranquila a las afueras de Chicago.

Las primeras demócratas

Su siguiente convención fue muy diferente. En 1976, en Nueva York y ya plenamente involucrada en política como Bill Clinton, que ya era su marido. Fue la convención demócrata para elegir a Jimmy Carter.

En 1992, su debut como aspirante a primera dama, no se dirigió a la convención demócrata y dio sólo discursos a las delegaciones. La convención estaba supuestamente dedicada a “las mujeres”, pero ella no habló en medio de las polémicas sobre su ambición política.

Hillary Clinton tuvo que esperar hasta cuatro años después, en Chicago, para dar un discurso ante la convención. Lo dio rodeada de pancartas que ponían “bienvenida a casa Hillary”. Se centró en alabar a su marido y en insistir en la importancia de la lucha por la familia y los niños.

New York, New York

Su primer discurso más político lo dio en la convención de Los Ángeles, en 2000, cuando su marido ya no se presentaba y le tocó apoyar a Al Gore. Clinton defendió el legado de Bill Clinton e insistió en las bondades del vicepresidente con el que había tenido diferencias durante años.

La recibió la música de New York, New York que ahora suele acompañar a Donald Trump. Hillary Clinton se presentaba entonces al Senado por ese estado. Fue un discurso muy aplaudido, arropada por mujeres senadoras demócratas. También estaba su madre, Dorothy, que saludó en la primera línea. El tono era triunfalista.

“Somos un país mejor y más fuerte que en 1992”, dijo Clinton.

En 2004, en Boston, la entonces senadora por Nueva York, habló del 11-S, de la seguridad y del ejército.

Había pancartas de “New York loves Hillary” y muchos aplausos. “Estoy prácticamente sin palabras”, dijo Clinton por la buena acogida cuando llegó al escenario. Hillary presentó a Bill también entre palmas mientras sonaba Don’t Stop Thinking About Tomorrow. Pero las palabras de ambos quedaron oscurecidas como las de casi todos los oradores de aquella convención por un aspirante al Senado por Illinois llamado Barack Obama.

El discurso más difícil

Cuatro años después, en Denver, le tocó hacer el papel que esta semana le toca a Bernie Sanders tras perder unas largas primarias. El discurso de Clinton era entonces más difícil.

En el caso de 2008, Clinton era la favorita y la contienda estuvo muy reñida durante más tiempo. La relación entre las campañas, y especialmente entre Barack Obama y Bill Clinton, era especialmente mala.

La presentó su hija Chelsea, que también lo hará este jueves.

Clinton no dejó dudas sobre su respaldo al elegido como candidato. “Estoy aquí como una orgullosa defensora de Barack Obama”, dijo. “Hayas votado por mí o por Barack, es el momento de unirse como un solo partido con un solo propósito. Estamos en el mismo equipo y ninguno de nosotros puede permitirse quedarse a un lado. Ésta es una lucha por el futuro y tenemos que hacerla juntos… Barack Obama es mi candidato y tiene que ser nuestro presidente”.

“Juntos hicimos historia”, dijo Clinton a sus seguidores más fieles. Pero les pidió que recordaran si la apoyaban por ella o por conseguir los objetivos por los que también lucharía Obama.

La ausente

Clinton se perdió la convención de hace cuatro años por el cargo que ocupaba. Era secretaria de Estado y la tradición dice que el jefe de la diplomacia no debe involucrarse en la campaña presidencial. Vio a su marido a distancia hablar. Bill dio el discurso estrella de aquella convención en Charlotte. Más largo de lo previsto, con párrafos que no estaban en el teleprompter y con muchos aplausos. A Hillary también le gustó.

    María Ramírez

    Reportera y analista política de Univision Noticias. Nació en Madrid en 1977 y estudió Periodismo en la Universidad de Columbia con una beca Fulbright. Trabajó durante 15 años como corresponsal de El Mundo (España) en Nueva York, Milán y Bruselas. Fundó la web de innovación periodística #nohacefaltapapel y el diario El Español. Colabora con NY1 Noticias. Es autora de La Carrera: Retrato de 10 candidatos cuyo ascenso marca el futuro de América (2012) y Marco Rubio y la hora de los hispanos (Debate, 2016). @mariaramirezny

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