El diputado indígena desproclamado por el Supremo
Por Maye Primera @mayepri
Como a Evo Morales, a Romel Guzamana le gusta el fútbol.
Guzamana es el primer diputado de oposición elegido en 15 años por los pueblos indígenas del sur de Venezuela, desde que la Constitución les garantiza uno de los tres escaños que corresponden a los pueblos originarios en el Parlamento nacional.
Piensa que Evo Morales, presidente de Bolivia, aliado y amigo del difunto presidente Hugo Chávez, está haciendo historia con su gobierno nacido de las luchas indígenas pero corre el riesgo de perderse.
–Aún no conoce el comunismo, es un hombre virgen. Pero ya lo ves hablando de leninismo… o de Chávez. Hay indígenas comunistas que son los propios burgueses –opina el diputado.
A Guzamana lo postuló la Confederación Indígena Bolivariana de Amazonas (COIBA), afiliada al partido Voluntad Popular que lidera el exalcalde preso Leopoldo López y a la alianza de más de veinte organizaciones políticas que integran la Mesa de Unidad Democrática (MUD). Ganó con 48.71% de los votos en una elección donde participó 67.75% del electorado de tres estados del sur: Amazonas, Apure y Bolívar.
Dos semanas después de que fue declarado ganador, la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia –controlada por el chavismo– dictó una sentencia para ordenar la desproclamación de los cuatro diputados electos en Amazonas –tres de oposición, incluyendo a Guzamana, y uno chavista– como respuesta a una medida cautelar solicitada por el oficialismo.
Ya el indígena abrió los ojos, ya no cree en este gobierno porque se está metiendo con lo más preciado que tiene
Con ello, la sala restó tres votos a la mayoría calificada de 112 escaños que obtuvo la MUD en las elecciones del 6 de diciembre y que le permitirían ponerle freno político al gobierno de Nicolás Maduro.
El tribunal no le envió al diputado electo ninguna notificación oficial de esta decisión adoptada el día 30, en mitad de las vacaciones decembrinas del Poder Judicial. Fue un día antes de la instalación de la nueva Asamblea Nacional, pautada para el martes 5 de enero, cuando el Tribunal publicó el contenido de la sentencia en su portal web.
Guzamana, que el día de Año Nuevo viajó más de doce horas por carretera desde la capital de Amazonas hasta Caracas para defenderse, se enteró de la novedad en los portales de noticias digitales. Porque en la sede del Supremo nadie lo recibió.
–Todavía están contando los votos y el TSJ ya se pronunció con una sentencia respecto a la totalización, sin que yo pudiera tener acceso a esa información –se quejó el diputado.
Según el recurso, promovido por una diputada electa del PSUV y admitido por magistrados que en el pasado reciente fueron diputados de la misma bancada, el resultado de las votaciones del 6 de diciembre en Amazonas fue producto de un fraude. Como evidencia, el oficialismo promovió una grabación difundida en medios del Estado donde se escucha a líderes de la oposición tramar un supuesto plan de compra de votos, que el tribunal aceptó como válida.
En el documento, el oficialismo no cuestiona el sistema de votaciones, que es automatizado en todos los circuitos indígenas (donde no llega la electricidad, las máquinas funcionan con baterías). Tampoco reclama un segundo escrutinio al Consejo Nacional Electoral ni argumenta que el PSUV obtuvo más votos. En cambio, pide la anulación del proceso completo en el estado y que no se convoque a nuevos comicios hasta tanto se haga una experticia del Registro Electoral, donde se contraste la identidad de cada votante con su partida de nacimiento.
–Los indígenas saben votar. Por eso es que hemos llevado al gobernador donde está. Porque saben votar, así les pongan la tarjeta como sea –defiende Guzamana–. Ya el indígena abrió los ojos, ya no cree en este gobierno porque se está metiendo con lo más preciado que tiene, su tierra y su alimentación.
Romel Guzamana pertenece a la comunidad indígena Baniva, lo mismo que el gobernador Guarulla. Nació hace 37 años en Maroa, en la frontera del Amazonas venezolano con Colombia y Brasil. Fue limpiabotas y vendedor de periódicos. Luego dirigente estudiantil en el liceo y en el campus universitario. En 2006 se graduó de abogado en la Universidad Central de Venezuela, en Caracas. Fue electo diputado regional en 2012.
Lo primero que prometió hacer como diputado a la Asamblea Nacional es pedir la anulación de los convenios suscritos con China por los gobiernos de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro, que autorizan la exploración en las selvas venezolanas, en busca de oro, diamante y coltán.
No podemos contra el sistema de corrupción del gobierno venezolano. Para nada elegimos a un alcalde y concejales, si los que mandan son la guerrilla y la fuerza armada nacional
–El gobierno venezolano negoció con el gobierno chino nuestras riquezas minerales y no consultaron con los hermanos indígenas si podían explorar y ceder algunas tierras para explotar el oro a futuro, como lo establece la Constitución. Ahorita están metidos en Amazonas, haciendo los mapas exploratorios. Ellos hablan (de la amenaza) del imperio gringo y ahora tenemos metido en Venezuela a un imperio chino –dice Guzamana.
Venezuela es uno de los países más afectados del mundo por la contaminación de mercurio en sus ríos, utilizado para separar el oro de la tierra. Hay deslaves en medio de la selva por el uso de dragas para extraer el mineral. La cuenca del río Caura, que deriva del ancho Orinoco en el estado suroriental de Bolívar, se ha convertido en un pantano. Y además de los chinos, están los garimpeiros (mineros ilegales de Brasil) y las fuerzas guerrilleras de Colombia, que controlan grandes extensiones de territorio en el sur del país.
Hay comunidades indígenas, asegura el diputado, que han sido completamente cercadas por la guerrilla: pasa en las comunidades de Atabapo, el río-frontera que separa a Venezuela de Colombia; en la zona del Ciapa, en el Alto Orinoco; en los alrededores del río Sipapo, en el municipio Autana del Amazonas; en Moyo, en Macuruco…
–Crean una cerca perimetral que es territorio de ellos, totalmente absurdo. Y los militares saben de todo esto, pero se están haciendo ricos a costillas de los hermanos indígenas. Para nada elegimos a un alcalde y concejales, si los que mandan son la guerrilla y la Fuerza Armada Nacional –denuncia el diputado.
La demarcación de los territorios indígenas, establecidos como propiedad colectiva de los pueblos ancestrales en la Constitución de 1999, es una promesa largamente postergada por el chavismo. Debió realizarse en el transcurso de los dos años siguientes a la aprobación del nuevo texto constitucional, pero nunca ocurrió pese a ser ésta una iniciativa del propio Hugo Chávez quien, al pensarlo por segunda vez, concluyó que hacer la delimitación equivalía a crear un Estado dentro del Estado.
–Nos engañaron vilmente, se burlaron de nosotros. Querían negociar nuestras tierras, parcelar como si fuera un cementerio. Y no: la tierra es de nosotros, colectiva, queremos trabajarla. No salimos de Cristóbal Colón para caer en este gobierno comunista y totalitario.