Las claves del día: la cumbre del ‘bourbon’, la sorpresa de Maryland y la otra promiscuidad de JFK
Noviembre 06, 2014
La resaca electoral gira en torno a un solo asunto: la inmigración. Barack Obama recordó este miércoles que firmaría una orden ejecutiva sobre el tema antes de fin de año y su adversario Mitch McConnell le advirtió desde Louisville que los republicanos percibirían cualquier decreto como una provocación. “Sería como agitar una bandera roja delante de un toro”, dijo McConnell, que en enero se convertirá en el líder de la mayoría republicana en el Senado y será uno de los hombres más poderosos de la capital.
Esta pieza del ‘New York Times’ augura que el triunfo arrollador de los republicanos tendrá alguna consecuencia sobre la orden ejecutiva que Obama. Un texto ambicioso complicaría la negociación con el nuevo Senado en otros asuntos. Un detalle que podría llevar a la Casa Blanca a presentar un decreto más modesto a la espera de un acuerdo que no llegará.
Algo similar dice en este artículo el periodista Matthew Yglesias, que explica por qué la orden ejecutiva del presidente habría tenido mucho más impacto si la hubiera adoptado a finales de junio. Entonces habría actuado empujado por la inercia del bloqueo legislativo en la Cámara de Representantes y no acongojado por una derrota electoral.
Lo mejor que he leído sobre las posibles opciones de Obama es esta pieza explicativa que actualiza periódicamente en Vox la periodista Dara Lind. No todos los demócratas quieren frenar las deportaciones de inmigrantes indocumentados. Pero quienes están a favor tienen en este artículo un argumento nuevo: el auge inesperado de los republicanos en estados como Texas y Colorado, que siembran dudas sobre la fidelidad de los hispanos al partido y recuerdan su promiscuidad electoral.
Cinco artículos que debes leer
Este artículo del politólogo Larry Sabato y sus colaboradores aporta muchas claves sobre las elecciones de mitad de manato. Explica que la magnitud del triunfo republicano no se encuentra tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes, donde el partido tendrá más escaños que en ninguna otra legislatura desde 1928.
Quien quiera comprender los resultados de un golpe de vista debe examinar esta pieza visual de Dylan Matthews en ‘Vox’: 40 mapas y gráficos que cuentan la historia de estas elecciones y aportan claves sobre lo que se avecina en 2016.
El analista Peter Beinart escribe aquí sobre el contexto de la cita electoral y advierte a los demócratas: lo más inquietante no son las cifras sino la emergencia de unos republicanos más centristas y con más ganas de volver al poder.
Pablo Ximénez de Sandoval, corresponsal de ‘El País’ en Los Ángeles, entrevista aquí al congresista demócrata Xavier Becerra, que seguirá representando a su distrito en la Cámara de Representantes. “La reforma migratoria es una ola que viene y nadie la va a parar en este país, y mucho menos los políticos”, asegura. “Los políticos son los últimos que van a salir del agua, boqueando si es que quieren sobrevivir”.
A Ryan Lizza, corresponsal político del ‘New Yorker’, siempre le ha gustado nadar contracorriente. Lo hace de nuevo en este artículo en el que asegura que el país ha cambiado muy poco desde el triunfo de Obama hace dos años: “el país seguirá estando cada vez más polarizado, las elecciones de mitad de mandato seguirán beneficiando a los republicanos, el Senado seguirá estando en disputa, la Cámara de Representantes será el ancla de los republicanos y los demócratas tendrán una ventaja en las elecciones presidenciales”.
El dato del día
La elección de Larry Hogan como gobernador de Maryland es una excepción histórica. El estado no tenía un gobernador republicano desde 1966. El último fue el polémico Spiro Agnew, que dejó Maryland para ser el vicepresidente de Richard Nixon y se vio obligado luego a dimitir por tráfico de influencias. Maryland sólo ha tenido siete gobernadores republicanos desde 1776.
Se avecina la cumbre del ‘bourbon’
El presidente Obama dijo este miércoles que no le importaría compartir una botella de ‘bourbon’ de Kentucky con el senador republicano Mitch McConnell. Una excusa perfecta para hacer un repaso por los gustos alcohólicos de los inquilinos de la Casa Blanca, recogidos por Mark Will-Weber en el libro ‘Julepes de menta con Teddy Roosevelt’, que se acaba de publicar en octubre y que se puede descargar aquí.
El libro explica cómo la pasión con el buen vino estuvo a punto de arruinar a Thomas Jefferson y cómo James Madison advertía a sus huéspedes que el peligro de la resaca que desencadenaban varias copas de champán. Andrew Johnson llegó borracho a su toma de posesión como vicepresidente en 1865 y le se excusó diciendo que había bebido whisky para tratarse un resfriado.
El libro lleva el nombre de la bebida favorita del republicano Teddy Roosevelt: los julepes de menta que utilizaba para convencer a los miembros de su equipo para que jugaran al tenis con él. Pero detalla los caprichos de otros presidentes: el ‘bourbon’ que bebía cada mañana Harry Truman, el ‘whisky’ escocés que tomaba Dwight Eisenhower a escondidas de sus médicos y la promiscuidad (también alcohólica) de John F. Kennedy, que le daba al ‘bloody mary’, a los daiquiris y a la entonces exótica cerveza Heineken.
Nadie queda peor en el libro que el republicano Richard Nixon, que servía vino peleón a sus invitados en la Casa Blanca mientras adquiría exclusivas botellas de Chateau Lafite para su colección. Nixon le decía a los responsables de protocolo que sirvieran el vino envuelto en unos paños para no descubrieran la racanería de su anfitrión.