mayo 17, 2016 • Verificado por: Luis Alejandro Ordóñez
Trump dice que en Estados Unidos ya no se fabrica nada... ¿miente?
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Donald Trump

Un tema recurrente de la retórica del presunto candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, es que ya en este país no se hacen cosas. En una célebre entrevista en el canal de noticias Fox, contó que tuvo que comprar unos televisores coreanos porque ya nadie hace televisores en Estados Unidos, y añadió:

“Yo hablo de eso todo el tiempo, nosotros ya no fabricamos nada”.

De hecho, Trump habla tanto de eso que se encuentran ejemplos de entrevistas en 2010 donde ya dice la misma idea:

“...todo lo que hacemos está hecho en China o en otro país, no está hecho aquí, nosotros ya no fabricamos cosas”.

¿Es cierto lo que dice Trump: “en Estados Unidos ya no se fabrican cosas”?

No. Con generalizaciones tan tajantes bastaría encontrar un ejemplo en contrario para desmentir el hecho. Aquí va uno: la colección Backyard Project de North Face, una reconocida marca de abrigos y ropa invernal que está usando desde el algodón hasta la costura final hechos en Estados Unidos para esta línea de ropa. Pero el argumento del virtual nominado republicano tiene mucha resonancia, por lo que hay que darse a la tarea de construir unos cuantos más argumentos de lo contrario.

Las razones

Detrás de lo dicho por Trump está el hecho de que el déficit comercial de Estados Unidos alcanza los 40 mil millones de dólares, es decir, el país importa muchísimo más de lo que exporta, y esa cifra se ha recuperado desde los casi -68 mil millones que alcanzó en agosto de 2006.

Balanza comercial de Estados Unidos

source: tradingeconomics.com

Como se puede ver en el gráfico, la balanza comercial del país comenzó a alejarse ampliamente del cero en los años 90, época en que comenzaron a hacerse comunes los tratados de libre comercio, lo cual es alimento de la retórica anti libre comercio de la actualidad. Los principales déficit comerciales de Estados Unidos se dan con China, Japón, México y Alemania. El déficit con China alcanzó los 365.7 mil millones de dólares en 2015, producto de $481.9 mil millones en importaciones desde el país asiático por tan solo $116 mil millones en exportaciones desde Estados Unidos. En los tres primeros meses de 2016, ese déficit ya alcanzó casi 78 mil millones de dólares.

Existen economistas que no ven en un déficit comercial algo negativo per se, pues existen muchas razones por las cuales se presentan estos desbalances, más allá de las meramentes comerciales. Detrás de lo dicho por Trump y sostenido por muchos, que ahora todo se hace en China u otros países, hay realidades más complejas.

Un ejemplo muy utilizado es el del iPhone, el teléfono inteligente producido por Apple. Se calcula que en 2013, las ventas del iPhone en Estados Unidos añadieron entre 6 y 8 mil millones de dólares al déficit comercial con China, pero la pregunta de si son realmente hechos en China es pertinente cuando se toma en cuenta que en su proceso de fabricación participan empresas taiwanesas, alemanas, japonesas y, cómo no, estadounidenses.

En enero de 2016, Trump dijo que iba a forzar a Apple a que “comenzara a fabricar sus condenadas computadoras y aparatos en este país, en vez de en otros países”, pero en distintos análisis (aquí y aquí, por ejemplo) se llega a la conclusión de que tal medida no tendría el impacto en el empleo que se pensaría (unos 35,000 nuevos empleos comparados con los 76 mil que ahora mismo Apple emplea en Estados Unidos) y que el aumento del costo de los aparatos podría afectar a los consumidores mas de lo esperado, pero sobre todo que el mayor valor del producto ya se produce en Estados Unidos pues no está en las partes fabricadas sino en las innovaciones creadas y patentadas que llevaron al producto.

El empleo y el “Hecho en Estados Unidos”

Detrás del “ya no fabricamos nada” quizás está la idea de que el regreso de industrias y fábricas a Estados Unidos sería un elemento revitalizador del empleo en el país. Pero como ya se tocó en el Detector de Mentiras, la manufactura no es ya el gran empleador que fuera en el pasado. Hoy por hoy, la industria manufacturera produce 47% más que hace 20 años, si bien hay quienes cuestionan que se trate de un renacimiento de la industria estadounidense.

El problema es que el sector emplea 7 millones de personas menos que hace 30 años. La contradicción tendría un nombre: automatización. Hoy por hoy las fábricas son mucho más eficientes y necesitan menos mano de obra, aunque también de nuevo hay quienes cuestionan que esta caída se deba a la productividad y no al déficit comercial.

Queda entonces a debate el verdadero impacto que tendría sobre el empleo el regreso de las fábricas y compañías a Estados Unidos. Pero lo que no queda duda es que en Estados Unidos se hacen cosas.

Veredicto

Lo dicho por Trump es casi mentira. El presunto candidato republicano viene diciendo desde por lo menos en 2010 que en Estados Unidos no se fabrican cosas ya. Si bien los déficits comerciales, especialmente con China, hablan de un país que importa muchísimo más de lo que exporta, también es cierto que su economía agrega valor a los productos y que en ella la producción manufacturera ha crecido en los últimos veinte años. Notablemente Trump exagera para hacer un punto sobre la necesidad de traer de vuelta las empresas y fábricas a Estados Unidos y revertir o al menos acortar los déficits comerciales del país con varios de sus principales socios comerciales.

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