El virtual nominado a la presidencia por el partido Republicano, Donald Trump, aprovechó el fin de semana del Día de los Caídos para acudir a un tradicional evento en Washington, DC que anualmente reúne a miles de motociclistas, la mayoría de ellos veteranos o vinculados a las fuerzas militares.
Ahí, Trump dijo que de llegar a la Casa Blanca mejoraría la situación de las fuerzas militares estadounidenses, derrotaría al grupo terrorista ISIS y enderezaría los problemas de los veteranos, asegurando que, en la actualidad, los antiguos combatientes reciben peor trato del Gobierno que los inmigrantes indocumentados.
“Tenemos que cuidar a nuestros veteranos. En muchos casos, los inmigrantes ilegales reciben mucho mejor cuidado de este país que nuestros veteranos. Y eso no va a seguir pasando”
(Comentario sobre los veteranos e inmigrantes en 3:55)
¿Reciben mejor trato los inmigrantes indocumentados que los veteranos?
Aunque Trump dijo “en algunos casos” -sería bueno saber si tiene ejemplos específicos-, en líneas generales no son mejor tratados los inmigrantes (ni documentados ni indocumentados) que los veteranos. De hecho, a pesar de recientes y publicitadas fallas en el Departamento de Asuntos de Veteranos, es posible que los veteranos sean el grupo más privilegiado de parte del gobierno de Estados Unidos.
Por ejemplo, dentro del gabinete presidencial existe un departamento especializado para los veteranos de guerra (Departamento de Asuntos de Veteranos), el cual maneja, entre otras cosas, hospitales dedicados al cuidado de veteranos; hay leyes vigentes que les dan ventajas educativas; y hay oficinas del Gobierno especializadas en facilitar el entrenamiento y la inserción laboral a quien regresa de un conflicto armado.
El Gobierno y su tratamiento a los veteranos
Para el año 2016, el Departamento de Asuntos de Veteranos tiene un presupuesto de $163,000 millones, un 10% por encima del 2015. Según la publicación especializada Military Times, el mismo incluye recursos para programas de salud mental, ayuda para los veteranos de mayor edad y para los que viven en la calle, entre otras cosas.
Además del Departamento específico, el Departamento del Trabajo también tiene programas para facilitar entrenamiento y la búsqueda de empleo a veteranos.
El plan de beneficios educativos “GI Bill Post 11 de septiembre” actualiza una serie de facilidades y ventajas otorgadas a veteranos de guerra, siguiendo la tradición iniciada tras la Segunda Guerra Mundial. La misma cubre el costo de la educación universitaria pública de cuatro años a veteranos, y ofrece ayudas mensuales para vivienda a quienes se unan al programa. También otorga becas para estudios en universidades privadas.
Beneficios históricos a los veteranos
La actual “GI Bill” sigue el ejemplo de la que promulgó el entonces presidente Franklin Roosevelt en 1944, para los millones de veteranos de la Segunda Guerra Mundial. Aquella legislación creó hospitales especiales para los veteranos, y llevó a que cerca de 8 millones de ellos obtuvieran estudios universitarios o entrenamientos educativos.
La misma también otorgó facilidades para la compra de viviendas, y aseguraba un pago a los veteranos que estuvieran desempleados. En los años 80 una ley similar fue promulgada para siguientes generaciones de veteranos.
Estudios oficiales recientes indican que los veteranos poseen en promedio mejores estándares de vida que los no-veteranos, aunque la muestra puede estar influenciada por el alto promedio de edad de los veteranos. Por ejemplo, en 2010 el promedio de ingresos de los hombres veteranos fue superior a los $35,000, mientras que el de los hombres no-veteranos apenas rebasó los $30,000.
92% de los veteranos tiene al menos un título de secundaria, por encima del promedio nacional de 86%, aunque en cuanto a estudios universitarios están por debajo de la media nacional, 26% frente a 28%. Cerca de 15% de los veteranos trabajan en la administración pública, frente a menos del 5% de los no-veteranos. Según el Departamento de Trabajo, para 2015 la tasa de desempleo promedio de los veteranos fue de 4.6%, en comparación con el 5.2% promedio de los no-veteranos.
Trato a los inmigrantes indocumentados
Aunque Trump no especifica cómo el Gobierno da un mejor trato a los inmigrantes indocumentados que a los veteranos, habría que asumir que entre las medidas que favorecen a los inmigrantes sin residencia legal en el país están las acciones ejecutivas del Presidente Obama. A finales de 2014 el mandatario anunció la renovación de DACA y el lanzamiento de DAPA. Sin embargo, estas dos medidas están detenidas por órdenes judiciales federales.
En cualquier caso, las mismas estipulaban que ciertos grupos de inmigrantes indocumentados no serían deportados del país. Del total de más de 11 millones de inmigrantes indocumentados que se estima hay en Estados Unidos, las medidas beneficiarían a poco más de 5 millones, de acuerdo al Pew Research Center.
De resto, los inmigrantes indocumentados reciben pocos beneficios, y de recibirlos son los mismos que recibe cualquier residente o ciudadano del país, no algo especial, como licencias de conducir o el costo de matrícula universitaria que se le da a los residentes de un estado, algo que sucede en 18 entidades.
Las deportaciones de indocumentados han continuado, y en 2015 fueron 235,413 personas las que fueron devueltas a sus países de origen, sumando más de 2,5 millones desde 2008, en torno a la mitad de los cuales eran criminales convictos y la otra mitad violadores de la ley migratoria “no violentos”.
Veredicto
Es evidente que lo que dice Donald Trump es mentira. No hay ninguna evidencia de que un inmigrante indocumentado sea tratado mejor por el gobierno estadounidense que un veterano de guerra. Los veteranos tienen organismos y legislaciones especiales para otorgarles beneficios, y estadísticas oficiales muestran mejores índices económicos entre los cerca de 20 millones de veteranos que en el resto de la población.
Mientras tanto, en el debate político actual los inmigrantes indocumentados son permanentemente atacados, e incluso quienes más los defienden piden para ellos el otorgamiento de residencia legal o ciudadanía, no beneficios especiales. Esto no quiere decir que no existan problemas entre los veteranos, como los retrasos en los servicios hospitalarios o el alarmante índice de suicidios entre quienes vuelven de una guerra. Pero no hay ninguna política de Estado en su contra, todo lo contrario.