“Nadie en este país ha sido peor con las mujeres que Bill Clinton. Él era un desastre. Un desastre”.
— Donald Trump, comentarios durante un mitin en Eugene, Ore., 6 de mayo de 2016
Una parte clave de la estrategia de Donald Trump para dañar la imagen de Hillary Clinton — en vías a convertirse en la primera candidata presidencial de uno de los partidos políticos principales de Estados Unidos — es atacar a su marido, el expresidente Bill Clinton.
Bill Clinton, por supuesto, vivió un juicio político por mentirle a un gran jurado acerca de su relación extramarital con la pasante de la Casa Blanca, Mónica S. Lewinsky. Trump también ha resaltado alegaciones no comprobadas de violación y ataques sexuales dirigidas contra Clinton, principalmente lanzadas hace poco en un video de Instagram que muestra las voces de Juanita Broaddrick y Kathleen Willey acusándolo.
Pero esta es una nueva posición de Trump sobre el tema. En repetidas ocasiones a lo largo de los años, él desestimó estos cargos contra Bill Clinton diciendo que no merecían atención. De hecho, frecuentemente él se declaraba admirador de Clinton. Démosle un vistazo a la línea cronológica.
Los hechos
El 27 de diciembre de 1997, justo antes de que estallara el escándalo Lewinsky, Trump apareció en el programa de CNN “Evans & Novak” y se describió a sí mismo como “muy conservador” y “generalmente republicano”. Pero también dijo que económicamente le ha ido muy bien durante la presidencia de Clinton.
“Pienso que Bill Clinton es magnífico”, le dijo Trump a Robert Novak. “Pienso que ha hecho un trabajo excelente. Creo que probablemente él sea la persona con la piel más dura que yo haya conocido, y creo que es un tipo magnífico. Sólo tengo que ver cómo están la economía y el país. Pienso que Clinton ha hecho un trabajo excelente. No creo que lo estén tratando justamente, pero él ha hecho un trabajo magnífico”.
El escándalo Lewinsky salió por primera vez a la luz pública un mes después, el 21 de enero de 1998.
El 15 de marzo de 1998, Willey alegó en el programa de CBS “60 Minutos” que Clinton la había atacado sexualmente en la Casa Blanca en 1993 (Clinton negó las acusaciones; un fiscal independiente concluyó que “la evidencia es insuficiente para probar ante un jurado más allá de toda duda que el testimonio del presidente Clinton sobre Kathleen Willey es falso”).
El 27 de agosto de 1998, apenas nueve días después de que Clinton admitiera una “relación inapropiada” con Lewinsky, Trump fue entrevistado por Chris Matthews en CNBC. Él elogió el manejo de Clinton de la economía diciendo que esta está mejor que en la presidencia de Ronald Reagan.
“Lo mejor que ha logrado es el hecho de que la economía está yendo excelente” dijo Trump. “Nunca había visto algo así. Sabes, se habla de que los 80 fueron buenos. Los 90 son mejores. De hecho, los 90 son mucho mejores”.
Trump también expresó empatía por los aprietos por los que pasaba Clinton, diciendo que la situación era “vergonzosa” y que Clinton debía simplemente negarse a contestar preguntas sobre su vida sexual.
“Ni siquiera estoy seguro de que él no debió usar la Quinta Enmienda y decir “Mire, yo no me llevo bien con este hombre [el fiscal independiente Kenneth] Starr. Él me está persiguiendo. Él es republicano. Él es esto y aquello y, sabes, tomar la Quinta Enmienda. Es una situación terrible para un presidente utilizar la Quinta Enmienda, pero él probablemente debió haberlo hecho. No creo que le hubiera ido mucho peor de lo que ha pasado”.
Trump también atacó a Paula Jones, que había demandado a Clinton alegando acoso sexual: “Paula Jones es una perdedora, pero el hecho es que ella podría ser responsable indirecta de tumbar a un presidente”.
También hubo este intercambio:
MATTHEWS: ¿Alguna vez ha tenido un pálpito, cuando está en la ducha o caminando al trabajo o al levantarse en la mañana, en el que dice: ‘Donald Trump, tú has ganado todas las batallas que has peleado. ¿Por qué no te lanzas a gobernador? ¿Por qué no aspiras a la presidencia?’. ¿Alguna vez ha pensado en eso?
TRUMP: La gente me lo pide todo el tiempo.
MATTHEWS: ¿Y usted?
TRUMP: No me gusta.
MATTHEWS: ¿Por qué?
TRUMP: ¿Te imaginas lo controversial que sería? Piensa acerca de él y las mujeres. ¿Qué tal yo y las mujeres? Te lo puedes imaginar…
MATTHEWS: Bueno, pudiera estar cerca, pero no habrá un cigarro.
TRUMP: Bueno, a ellos podrían gustarles más mis mujeres también, tú sabes.
A comienzos de 1999, Broaddrick hizo públicos sus alegatos de haber sido violada por Clinton 21 años antes. El abogado de Clinton negó los alegatos, y nunca se presentaron cargos, si bien amigos les dijeron a reporteros que Broaddrick les había dicho del incidente en aquel entonces. Sus alegatos fueron ampliamente divulgados, y varios legisladores del GOP dijeron que el archivo Broaddrick fue lo que los persuadió de votar por el juicio político contra Clinton.
En una entrevista de septiembre de 1999 con Maureen Dowd del New York Times, Trump acusó a Clinton por la manera en que manejó el escándalo Lewinsky — quizás refiriéndose a su posición de que Clinton debió haber alegado la Quinta Enmienda — y se quejó de sus gustos en mujeres:
“Él manejó la situación con Mónica de manera terrible. Es triste porque él podría irse como un gran presidente si no hubiera tenido este escándalo. Las personas podrían perdonarlo más si él hubiera tenido un affair con una mujer realmente bella y sofisticada. Kennedy y Marilyn Monroe estaban en otro nivel. Ahora Clinton no puede entrar en clubs de golf de Westchester. Un expresidente suplicando pertenecer a un club de golf. Es inimaginable”.
En enero de 2000, cuando Trump estaba sopesando la idea de una aspiración presidencial con un tercer partido, él atacó a Linda Tripp (quien secretamente grabó conversaciones con Lewinsky acerca del affair y le dio las grabaciones a Starr) llamándola “la personificación de la maldad”.
Durante una entrevista en 2001 con Ginny Dougary del Sydney Morning Herald, Trump de nuevo expresó su simpatía por Clinton, argumentando que el mayor error del expresidente fue responder preguntas sobre su vida sexual.
A Trump le gusta Clinton, dijo, y encontró muy fácil comprender el porqué al presidente se le hizo difícil responder la pregunta: “Usted tubo relaciones con Monica?”. “Lo que debió haber hecho fue pelear por años para no responder eso. Digo, ¿no es sorprendente y terrible que un hombre — un presidente — sea puesto en esa posición? Él pudo dejar la presidencia como un verdadero grande, y en vez de eso, sabes, él será visto de una manera distinta, lo cual es una lástima”.
Finalmente, en una entrevista de 2008 con Wolf Blitzer de CNN, Trump argumentó que Clinton nunca debió ser juzgado políticamente y que se metió en problemas por “algo que no tenía importancia” — en contraste con George W. Bush, de quien dijo debió ser juzgado políticamente por “habernos metido con mentiras en esta horrible guerra (con Irak)”.
Veredicto
Los registros muestran que por años Trump desestimó o minimizó las alegaciones sexuales contra Clinton, incluso después de que Willey y Broadderick hicieron públicos sus alegatos. Su preocupación principal era que Clinton no manejó bien las relaciones públicas durante el escándalo Lewinsky; Trump desestimó a las mujeres involucradas por perdedoras y poco atractivas. Trump incluso sugirió que los estadounidenses habrían sido más indulgentes si Clinton se hubiera acostado con mujeres más hermosas
La conclusión de Trump, incluso años después, era que los escándalos sexuales de Clinton resultaron “totalmente sin importancia”.
Ahora Trumps dice estar estupefacto ante las conductas alegadas de Clinton. Trump se hace acreedor de un Pinocho volteado* - por declaraciones que representan un claro pero no reconocido giro de 180 grados respecto a sus posturas previas.
*Nota: este texto se hizo público originalmente por el Washington Post el 24 de mayo de 2016 bajo el titular 'Trump’s flip-flop on whether the Bill Clinton sex scandals are important'. En el Detector de Mentiras publicamos esta versión traducida y adaptada con autorización del Washington Post. Sus fact-checkers mencionan pinochos haciendo referencia a la escala que usan para juzgar la veracidad de lo afirmado. Cuando hay un cambio de posición sin reconocimiento de que con anterioridad se tenía una posición opuesta, el Washington Post otorga un Pinocho volteado, que no tiene equivalente bajo la escala del Detector de Mentiras.