El candidato presidencial del partido republicano Donald Trump ha dicho en repetidas ocasiones en los últimos días que el sistema electoral estadounidense está amañado, favoreciendo a la nominada demócrata Hillary Clinton.
The election is absolutely being rigged by the dishonest and distorted media pushing Crooked Hillary - but also at many polling places - SAD
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) October 16, 2016
Tal acusación se convirtió en el epicentro del tercer y último debate presidencial, el cual fue visto por más de 70 millones de personas, cuando Trump no se comprometió a aceptar los resultados de la elección en noviembre. “Lo veré en su momento. Lo que he visto es tan malo (…) millones de personas están registradas para votar y no deberían estar registradas para votar (…) Te diré en ese momento. Te mantendré en suspenso”.
En los días posteriores, miembros de su campaña defendieron la postura de Trump, comparando sus críticas a las acciones tomadas por Al Gore, nominado a la presidencia por el partido demócrata, en las elecciones del año 2000. Pero, ¿son válidas tales comparaciones?
“Al Gore no aceptó los resultados de la elección y él dijo que lo haría. Él concedió a Bush la noche de la elección y luego llamó para retractar la concesión”
La comparación es errada, por diversos motivos.
1- Al Gore nunca amenazó con no aceptar los resultados.
En ningún debate o evento previo a la jornada electoral del año 2000, dijo el entonces vicepresidente que ponía en duda lo que ahí ocurriría, algo que Trump hizo, y continúa haciendo. También cabe recordar que no se trata de la primera vez que Trump habla de un proceso amañado: lo hizo durante las primarias republicanas, en momentos en que su triunfo parecía correr peligro, y lo había hecho en 2012 y 2014 al criticar a los premios Emmy cuando su programa “The Apprentice” no resultó ganador en 2012 y 2014. En ningún caso presentó pruebas.
I will be interviewed on @foxandfriends at 9:00 A.M. I will be talking about the rigged and boss controlled Republican primaries!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) April 16, 2016
2- Gore no dijo que hubiera trampa en las elecciones o que el resultado fuera amañado
La elección del año 2000 fue notablemente pareja, y en horas de la noche del 7 de noviembre no estaba claro quién había sido el ganador. Los canales de televisión anunciaron y luego retractaron su anuncio de que el estado de Florida había votado en favor de Gore, y la confusión se extendió por los siguientes días. Es cierto que Gore llamó inicialmente a Bush para felicitarlo por su triunfo, cuando los canales cambiaron su pronóstico y dijeron que Bush había ganado Florida. Sin embargo, antes de que Gore diera su discurso público de concesión, miembros de su campaña le informaron que no había claridad sobre lo ocurrido en Florida, y volvió a contactar a Bush para decirle que aún no admitía la derrota.
3- En el año 2000 la elección no se confirmó por varias semanas. En 2016 no se ha celebrado
Finalizada la jornada del 7 de noviembre del año 2000, todo dependía de Florida: Gore tenía confirmados 266 votos del colegio electoral, frente a 246 de Bush. Los 25 votos de Florida serían decisivos para determinar al ganador. El resultado en el estado fue sorprendentemente parejo: 2,912,790 votos para el republicano y 2,912,253 para el demócrata, es decir, ventaja para Bush por 537 votos. Tal paridad llevó a reconteos, demandas y exigencias de aclaratorias en la entidad, todo amparado por las leyes.
Trump, en cambio, parece anticipar un supuesto fraude sin dar muestras específicas de dónde se estaría fraguando. Lo hace, además, justo en su peor momento en las numerosas encuestas realizadas alrededor del país y en los estados más importantes.
4- Tras un largo proceso legal, Gore aceptó el resultado, sin denunciar fraude ni pidiendo a sus seguidores que protestaran
El confuso proceso en Florida se extendió hasta mediados de diciembre. La Secretaria de Estado de Florida, Katherine Harris, oficializó el triunfo de Bush el 26 de noviembre, pero la Corte Suprema de Florida posteriormente ordenó que se hicieran reconteos en todos los condados. El 12 de diciembre, sin embargo, la Corte Suprema de Estados Unidos ordenó detener el proceso debido a que el reconteo no cumplía con los requerimientos de “igualdad de protección”.
Agotadas todas las instancias legales, Al Gore se dirigió al país el 13 de diciembre del año 2000: “Hace pocos momentos hablé con George W. Bush y lo felicité por convertirse en el Presidente 43 de Estados Unidos, y le prometí que no lo llamaría de vuelta esta vez”, indicó. “Que no haya dudas. Aunque estoy en total desacuerdo con la decisión de la Corte, la acepto. Acepto el final de este resultado”.
Veredicto
No hay forma lógica de comparar las amenazas de Trump de no aceptar el resultado electoral del 8 de noviembre, con el largo proceso que determinó la elección presidencial del año 2000, por lo que lo consideramos una mentira. A pesar de la paridad de ese entonces, no se denunció fraude, sino que se buscó examinar en detalle lo que había ocurrido, tras producirse un resultado históricamente igualado.
Dadas las amenazas anticipadas de Trump, cabe dudar que su comportamiento ante una definición por 500 votos fuera similar al que tuvieron George W. Bush y Al Gore entre noviembre y diciembre del año 2000, quienes, tras definirse la situación, se reunieron en la Casa Blanca.