La Clinton Foundation anunció recientemente que dejará de recibir donaciones extranjeras si Hillary Clinton se convierte en la próxima presidente de Estados Unidos. El anuncio levantó algunas sospechas, principalmente sobre por qué tal decisión no se tomó cuando Clinton fue secretaria de Estado, entre 2009 y 2013.
El jefe de campaña de Hillary Clinton, Robby Mook, rechazó las críticas en al menos tres programas televisivos el domingo 21 de agosto asegurando que no hubo las mismas sospechas en torno al rol de la fundación del ex Presidente George H.W. Bush cuando su hijo, George W. Bush, era candidato a la presidencia de la república.
“When President Bush - the second President Bush came into office, you never heard people asking questions about his family’s foundation, which was a very similar situation”
(Entrevista en CBS. Mención de la fundación de los Bush en 3:25)
¿Es justo comparar la Clinton Foundation con la fundación de los Bush?
Lo primero que hay que aclarar es que no existe una fundación de la familia Bush. Está la fundación de la Biblioteca Presidencial George Bush, del presidente 41 de Estados Unidos George H. W. Bush. Por otro lado, está la Fundación Barbara Bush para la Alfabetización Familiar, de la ex primera dama Barbara Bush, y finalmente está la Biblioteca Presidencial y Museo George W. Bush, del presidente 43 de Estados Unidos. Su esposa Laura Bush también tiene una fundación de bibliotecas estadounidenses.
Mook habla del período en el que George W. Bush era candidato, y luego cuando eventualmente se convirtió en presidente (en torno al año 2000), por lo que sólo podría referirse a las dos primeras.
La Fundación de Barbara Bush para la Alfabetización Familiar invirtió unos $11 millones entre 2014 y 2015, y en sus 25 años de funcionamiento asegura haber tenido impacto en los 50 estados del país.
La Fundación de la Biblioteca Presidencial George Bush es una organización “dedicada a preservar el legado de George Bush”, según se indica en su página oficial. Además, da respaldo financiero a la Escuela de Gobierno y Servicio Público George Bush, de la Universidad de Texas A&M.
Similar a esa, en Estados Unidos existen en total 13 bibliotecas presidenciales, que conservan archivos y demás registros de los distintos ex mandatarios. En 1955 el Congreso aprobó una ley que establecía que las bibliotecas presidenciales serían construidas con fondos privados, y mantenidas con fondos públicos, y en 1986 la ley fue modificada para requerir mayor peso de los fondos privados para el mantenimiento de estas bibliotecas y museos.
“La Fundación de la Biblioteca Bush respalda a la escuela Bush en Texas A&M”, dijo al Detector de Mentiras su Director Ejecutivo David Jones. “Tenemos programas abiertos al público con oradores invitados. También apoyamos al programa de expansión educativa de la biblioteca presidencial, trayendo niños en edad escolar, y tenemos un programa a distancia sobre civismo y gobernanza. Eso es lo que hacemos”, añadió.
Según CharityNavigator.com, en el año fiscal 2014 la fundación tuvo cerca de $7 millones de ingresos y tenía activos por $48 millones.
Clinton Foundation: un gigante internacional
Bill Clinton también tiene su biblioteca presidencial, en Little Rock, Arkansas, pero es apenas una pequeña parte de lo que se ha convertido la Clinton Foundation. Ésta, cuya sede central se encuentra en Nueva York, ayuda a 31,000 niños estadounidenses con su alimentación, a 105,000 campesinos en África con entrenamiento agrónomo y a más de 450,000 personas en América Latina con oportunidades de emprendimiento, entre muchas otras cosas, según lo afirma en su sitio web oficial.
En total, a través de iniciativas asociadas a la fundación, ésta dice haber llegado a más de 180 países. En 2014 la Clinton Foundation tuvo cerca de $340 millones en ingresos, y dice tener unos 300,000 donantes a nivel mundial. Una investigación del Washington Post en 2015 reveló que en total la Clinton Foundation ha recolectado unos $2,000 millones desde su creación en 1997.
Dado el impacto global de la fundación de los Clinton, (que tras iniciar como la fundación del ex Presidente pasó a llamarse la Fundación de Bill, Hillary y Chelsea Clinton), es evidente que ésta tenga mayor relevancia en la discusión política que la fundación de George H.W. Bush, o la de su esposa Barbara.
Tanto así que la propia Clinton Foundation llegó a un acuerdo con el gobierno del entonces Presidente electo Barack Obama en 2008, para revelar su lista de donantes y dejar de aceptar donaciones de gobiernos extranjeros una vez que Hillary Clinton se convirtiera en secretaria de Estado, dado el posible conflicto de intereses entre el principal rostro de la diplomacia estadounidense, y los millones de dólares que gobiernos como los de Arabia Saudita, República Dominicana, Taiwán o Noruega, daban a la fundación.
Veredicto
La comparación que hace Mook es engañosa y errada. Inicialmente porque no existe una fundación de la familia Bush (tal como él lo dijo en CBS), pero sobre todo porque el trabajo que hace la fundación de la biblioteca presidencial de George H.W. Bush tiene un impacto local y limitado, a diferencia de los cientos de millones de dólares que recolecta y gasta la Clinton Foundation en distintos rincones del mundo.
Es cierto que un donante, estadounidense o extranjero, podría intentar influir en la familia Bush colaborando en sus proyectos locales, pero es muy distinta la influencia que podrían querer gobiernos o donantes que dan fondos millonarios para proyectos en otros países, donde el liderazgo político estadounidense está involucrado. Por tanto, consideramos el planteamiento de Mook casi mentira.