noviembre 15, 2016 • Verificado por: José De Bastos H.
Contrario a lo que dice Trump, el Colegio Electoral hace que sólo unos pocos estados sean relevantes
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Donald Trump

Apegado a su estilo durante la campaña, el presidente electo de Estados Unidos Donald Trump acudió a Twitter la mañana del 15 de noviembre para, presuntamente, intentar defenderse de quienes recuerdan, acertadamente, que Hillary Clinton obtuvo más votos que él a nivel nacional.

Trump defendió el sistema electoral estadounidense, de los Colegios Electorales, con el cual llegará a la presidencia gracias a haber obtenido 306 electores (a la espera de que se confirme su triunfo en Michigan), frente a 232 que obtuvo Clinton. En su mensaje lanzó dos afirmaciones medianamente correctas y una incorrecta.

“El Colegio Electoral es de hecho una genialidad porque pone a todos los estados, incluyendo los más pequeños, en juego. Hacer campaña es muy diferente!”

Ahora sí me gustan los Colegios Electorales

Antes que nada, hay que aclarar que los mensajes de Trump el 15 de noviembre del año 2016 contrastan plenamente con los mensajes que escribió, en la misma red social, hace casi exactamente cuatro años, la madrugada del 7 de noviembre de 2012.

“El Colegio Electoral es un desastre para una democracia”, escribió en aquel entonces el multimillonario Trump, poco después de la medianoche, cuando se anunció que Obama había sido reelecto, al derrotar a Mitt Romney.

Aunque Obama superó a Romney tanto en los Colegios Electorales como en el voto popular, es probable que al momento en que Trump envió su mensaje de protesta, el voto popular estuviera favoreciendo al republicano o mostrara un virtual empate. Según Twitter, Trump envió su mensaje de protesta a las 12:15 AM, hora del Este de Estados Unidos. De acuerdo a un video de archivo de CNN, Romney ofreció su mensaje de derrota 40 minutos más tarde, a las 12:55 AM, y en la pantalla se puede apreciar que el acumulado del voto nacional a esa hora era de 50,990,159 votos para Obama y 50,754,834 para Romney, es decir, ambos candidatos casi empatados a pesar de las diferencias en el Colegio Electoral.

Obama terminó ganando por casi 5 millones de votos tras el conteo definitivo, de forma similar a la que Clinton ha ido sacando ventaja en el voto popular mediante pasan las horas y se completa el conteo de votos en California, en donde los demócratas ganan holgadamente.

No importan más estados, importan menos

El argumento falso en el mensaje de Trump está en decir que el sistema del Colegio Electoral otorga relevancia a todos los estados en lugar de unos pocos. Es exactamente lo contrario. El hecho de que en cerca de 35 estados más el Distrito de Columbia se asuma qué partido será el favorecido, reduce la campaña electoral, y la relevancia política durante 18 meses, a 15 estados o menos.

Por ejemplo, a pesar de ser el estado más poblado del país, California recibe mínima atención durante la campaña electoral, dado que se asume como un estado que con seguridad votará para quien sea que nomine el partido demócrata. En 2016 se cumplió la premisa, y Clinton superó a Trump 61.5% a 33.2%.

Algo similar ocurre en el segundo estado más grande, Texas, que a pesar de sus cambios demográficos sigue siendo sólidamente republicano, y Trump lo ganó 52.6% a 43.4% sin hacer campaña ahí.

De acuerdo a las organizaciones National Popular Vote y Fair Vote (que promueven la disolución del Colegio Electoral), 94% de todos los eventos de la campaña para la presidencia en 2016 fueron realizados en apenas 12 estados, incluyendo 71 eventos en Florida, 55 en Carolina del Norte, 54 en Pensilvania y 48 en Ohio. Otros 12 estados recibieron entre uno y tres eventos en más de tres meses y medio de campaña, mientras que en otros 26 estados más la capital, los nominados a presidente y vicepresidente no realizaron ningún evento público.

Los candidatos están muy conscientes de esto. En una entrevista en septiembre de 2015, Scott Walker, en ese momento aspirante a la nominación republicana, dijo que “la nación completa no elegirá al próximo presidente. 12 estados lo harán”.

Las campañas sí son muy diferentes

En lo que sí acierta Trump en sus mensajes es cuando dice que la campaña es muy diferente en el sistema del Colegio Electoral, que en una campaña por el voto nacional. Evidentemente. Como indicamos arriba, los candidatos no buscan convencer a más gente en los lugares donde vive más gente, sino convencer a votantes en los sitios adecuados, los que terminan siendo los más importantes.

Además de la disparidad en los viajes que hacen los candidatos, la particularidad de la campaña se puede observar en los fondos utilizados en cada estado. De acuerdo a información de Bloomberg, hasta el 27 de octubre, Trump, Clinton y los Super Pacs que los apoyaron habían comprado espacios para propagandas en televisión solamente en 14 estados, variando de más de $110 millones invertidos en Florida a $800,000 en Maine.

A pesar de contar con poblaciones de similar tamaño, para finales de octubre Clinton y sus aliados habían invertido $48.2 millones en Ohio, considerado un estado fundamental, y sólo $1.5 millones en Georgia, un estado republicano en donde temporalmente parecía que los demócratas tenían alguna opción de triunfo.

La importancia de los estados más pequeños

Es cierto que, originalmente, el sistema de los Colegios Electorales fue en parte defendido porque daba a estados pequeños la posibilidad de ser relevantes. Pero aquel motivo original ha quedado descontinuado con el tiempo.

De acuerdo a George Edwards y Stephen Wayne, en su libro “Presidential Leadership: Politics and Policy Making”, los fundadores de Estados Unidos aceptaron el sistema porque daba a los estados un peso proporcional con su población en la votación inicial, pero permitía a los estados pequeños mayor voz en caso de que ningún candidato obtuviera la mayoría de electores. Recordemos que si nadie obtiene más de la mitad de los electores, la Cámara de Representantes elige al presidente entre los tres candidatos más votados, en una elección en la que cada estado tiene un único voto, sin importar su tamaño.

Dado que sólo en dos ocasiones la Cámara ha elegido el presidente (en 1800 y 1824) ese argumento parece poco relevante en la era moderna. Sin embargo, ya que hoy en día los estados “pendulares” o “swing states” son pocos, los candidatos invierten mucho tiempo y dinero en ciertos estados pequeños, que en una elección por voto popular nacional probablemente no recibirían atención.

Por ejemplo, Trump y Clinton realizaron 21 eventos en New Hampshire, cuya población apenas supera los 1.3 millones de habitantes, mientras que en Nueva York, con casi 20 millones de habitantes, no se celebraron eventos públicos de campaña. También es cierto que estados pequeños ampliamente demócratas o republicanos (como Vermont, Hawaii, Wyoming o Montana), no reciben ninguna atención.

Veredicto

Consideramos que el argumento central del mensaje de Trump es mentira. El sistema de votación regido por el Colegio Electoral no lleva a involucrar a más estados en el proceso sino menos. En la recién finalizada campaña, casi toda la atención estuvo centrada en apenas 12 de los 50 estados del país, favoreciendo a un sector muy limitado de la población.

Si la clave para el triunfo fuera el voto popular nacional es cierto que la campaña sería muy diferente y probablemente se enfocaría en varios de los estados más poblados, pero no podría ignorar por completo al resto de entidades, ya que un voto en Wyoming sería igual de valioso que un voto en Florida.

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